El Barroco ha sido considerado como un movimiento “del espíritu” debido a la enorme exaltación de las pulsiones humanas. Sobriedad, armonía y claridad van a ser, de esta manera, las tres claves de la arquitectura barroca en Francia, la cual, a diferencia de lo que habría sucedido en el país de origen del movimiento, Italia, estará concebida al servicio del poder establecido político.
Las realizaciones fueron muy numerosas y a lo largo del siglo XVII y primeras décadas del XVIII se produjo una evolución de las formas que acabaría conduciendo al Rococó (en Francia conocido como estilo Luis XV).
Del Barroco en Paris tenemos varios ejemplos que nos enseñan muy bien lo dicho:
Ignacio Ortega.
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