«O tal vez sea sólo que lo que se ambiciona siempre es una versión desorbitada de lo que se consigue y, por tanto, no hay conquista o triunfo que no conlleve una decepción. “Cuando el deseo se cumple, el sueño se rompe”. Dice Ana María Matute, tan hábil a la hora de construir sentencias.» (273)
Benjamín Prado, Mala gente que camina.