«Hay gente que se siente muy complacida de ser como es. No saben lo que se pierden.
(…)
Los individuos que lo tienen todo claro, que echan la vista atrás y contemplan un rosario de coherencias, sólo importunadas por agentes externos, han sucumbido a la tentación de ser comprendidos. Todos queremos ser entendidos por los demás -en verdad, queremos ser justificados-, pero desgraciado de aquél que es entendido plenamente. Todo asomo de desviación y sorpresa le será en adelante negado.
Por fortuna, la mayor parte de los ciudadanos se encuentra en la posición contraria. Se encuentran incómodos con lo que hacen y con lo que son…»
Vicente Verdú, Ser otro, El País, 29 de noviembre de 1983.