Basílica de Santa María (fachada).

 

La basílica de Santa María también denominada Hejnał mariacki  se erigió durante el siglo XIV por iniciativa de la burguesía local. Este edificio religioso se encuentra ubicado en la plaza central y es uno de los monumentos más representativos de la ciudad, pues de ella destacan notoriamente sus dos torres. Al visitante  suele resultarle llamativa la diferencia de altura entre ambas.  Así mismo,  destaca su sublime decoración interior. 

 Durante el siglo XV se añadieron capillas laterales obra de Franciszek Wiechoń. También se elevaron las dos torres; la de mayor altura fue empleada como punto estratégico pues desde ella se podían observar amenazas externas.  Por el contrario,  la torre más baja se empleó como campanario de la iglesia.

En la basílica permanece vigente una tradición, denominada la  canción del trompetista: dicha  canción se toca cada hora en punto y la trompeta cobra protagoniso pues se empleaba  para alertar a los residentes de la ciudad de un asedio inminente.  Pero el trompetista fue herido a causa de una flecha lanzada por los invasores y no pudo alterar a la ciudad, y ésta cayó.

Basílica de Santa María (interior).

 

Resulta sumamente cautivador e impresionante el interior de la basílica de Santa María, esto  se debe en gran medida a las obras escultóricas de artistas  de la talla de Wit Stwosz y Andrzej Radwańsk.

Observamos como cobran protagonismo las vidrieras que además de ser decorativas aportan gran luz al interior de la basílica. El empleo de las vidrieras se da en el arte Gótico, dejando atrás la atmósfera lúgubre de las Iglesias Iglesias glesias románicas.

Sobrecoge la belleza del interior de la basílica, pues presenta elementos decorativos y arquitectónicos de gran calidad como sus arcos puntiagudos, el retablo de madera  y el cristo crucificado labrado en arenisca, obras de Wit Stwosz.