Antecedentes
A principios de este año tuve el privilegio de asistir y participar en un curso organizado por el ICE-UA sobre liderazgo situacional. Por otro lado, y a finales del curso pasado, en primavera del 2007, también tuve la gran suerte de ser “abducido” voluntariamente en el liderazgo docente de Ángel Fidalgo y su filosofía, completamente compartida, sobre innovación educativa, y en particular en la modalidad de b-learning, en un curso que también organizó el ICE de mi universidad.
Pues bien, el curso/taller de Ernesto de los Reyes me abrió literalmente los ojos sobre mi papel actual y futuro como educador y líder en clase. Un poco más tarde de este curso, un post (entrada) en el blog de Ángel Fidalgo sobre aprendizaje informal según Vygotsky de nuevo me ayudó a conectar ambos aspectos para comprender mejor mi papel como educador y líder en clase, y cómo debo utilizarlo en la metodología b-learning.
Mi punto de vista y cómo lo aplico (pretendo aplicar) actualmente en clase
Mi argumentación se centrará en sugerir cómo convertir al profesor, dentro y fuera de clase (actividades presenciales y virtuales), como un líder (situacional) que se adapta a las capacidades y disposiciones de sus alumnos. Problemas para llevarlo a cabo de forma exitosa los hay muchísimos, pero eso será materia de otras entradas en este blog.
Cuando presenté la asignatura de Ergonomía Visual allá por marzo, una de las cosas que hice en la primera clase, junto con explicar lo fundamental de la metodología docente b-learning que iba a aplicarse por primera vez en esta asignatura, fue el enfoque de liderazgo situacional que iba a tomar como profesor.
Así, por ejemplo, les hice a mis alumnos un resumen rápido del esquema de arriba y el papel cambiante de los subordinados (i.e. los alumnos) y el líder (el profesor) a lo largo del curso.
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Empezando desde abajo-derecha, es obvio que al inicio de una asignatura/curso los alumnos (subordinados) se muestran incapaces, desmotivados y/o inseguros sobre cómo afrontar (aprobar) el reto/proyecto (asignatura). Por tanto, el comportamiento básico del profesor (líder) de esta primera sesión-presentación del curso es: dirigir, mostrar las bondades y expectativas de la guía docente basada en la metodología b-learning. Es, por tanto, un estilo de liderazgo centrado en tarea elevada y relación baja con los seguidores: dí unas instrucciones básicas, porque así creo en ellas, sobre cómo debe enfocarse el plan de trabajo/dedicación de los alumnos para alcanzar los objetivos docentes de la asignatura.
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Seguimos arriba-derecha. A lo largo del curso, donde se alternan en la modalidad b-learning sesiones presenciales con actividades no presenciales, prácticas de laboratorio, etc, los alumnos van a adquirir competencias cognitivas, procedimentales, etc, pero muchas veces se sienten desmotivados y/o inseguros, sobre todo al estar no convencidos que tal camino ya forma parte de su evaluación y de su formación integral como personas. Por tanto, el comportamiento del profesor es: convencer (explicar, demostrar, persuadir, etc), mezclando actividades/recursos b-learning. Es un estilo centrado en tarea elevada y relación elevada. Citando a W.A. Ward (1834-1867), que perfectamente se puede extrapolar a esta época, algunas veces como profesor me siento mediocre porque “digo”, otras me siento un buen profesor porque “explico”, otras me siento superior porque “demuestro”, y otras tantas me siento un gran profesor porque creo que “inspiro”.
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Seguimos por arriba-izquierda. A lo largo del curso, hay propuestas de tareas que cuesta arrancar porque los alumnos se sienten incapaces, aunque ya dispuestos. Un ejemplo actual en mi asignatura es la realización de las actividades no-presenciales: unos alumnos van casi al día, otros ni tan siquiera han empezado por las tres primeras … Otro ejemplo es la propuesta de trabajo en equipo vía Google Docs (ver entrada anterior): unos ya tienen cuenta de registro en Google, pero no han subido todavía documentos en esta plataforma/herramienta virtual para ser comentados por el resto de miembros del equipo (entre los que se incluye el profesor) . Por tanto, aquí como se pretende inculcar un ambiente participativo, el comportamiento del profesor (como un miembro más del equipo) es: participar, alentar, apoyar, innovar, etc, en trabajos individuales y colectivos entre los alumnos, según actividades/recursos b-learning. Es un estilo centrado en tarea baja y relación elevada, creado para la creatividad y el disfrute, por ejemplo, asesorando y evaluando a los alumnos en trabajos individuales y en grupo, etc. En esta fase del curso, que ya hemos empezado con la pre-coordinación de los trabajos de exposición para finales de mayo, todos participamos, pero obviamente como profesor (y como miembro común de cada sub-equipo), me toca estimular e impulsar (“estar encima de”) esta actividad. [Lo que no sé es como sacarle tiempo cada día para hacer esto …] A día de hoy: solamente 1 de 12 alumnos ha subido material en Google Docs para su equipo, pero todavía no he encontrado tiempo para revisarlo y empezar a contribuir como un miembro más … Un gran inconveniente de esta fase, que reconozco que NO aplico como me gustaría por falta de tiempo, es el seguimiento individualizado del ritmo de aprendizaje de cada alumno.
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Y acabamos con abajo-izquierda: delegamos en los alumnos el papel esporádico de profesores para, por ejemplo, exponer en clase temas complementarios de la asignatura, tal como se han preparado en equipo en la fase anterior. Ahora, de cara a fin de curso, los alumnos se sienten más capaces, dispuestos y seguros, por ejemplo como decía para exponer trabajos en clase, delante de sus compañeros (previo asesoramiento del profesor), para proponer mejoras en la asignatura, etc. Aquí, por tanto, el comportamiento del profesor consiste en: proporcionar apoyo y dar directrices bajo demanda, por ejemplo, para asignar/confiar temas a grupos, diseñar y revisar las exposiciones en clase de los grupos-alumnos. Es un estilo centrado en tarea baja y relación baja. Esta última fase, donde se ha afianzado la relación de confianza entre el profesor y algunos alumnos puede servir mucho como retro-alimentación para recoger propuestas de mejora de la asignatura, de su metodología docente, sistema de evaluación, etc, para la próxima edición.
Pues bien, volviendo al aprendizaje informal de Vygotsky, creo que su idea de “zona de desarrollo próximo” es un aspecto que continuamente intento poner en práctica en esta asignatura en formato b-learning, y más si cabe, espero, en la participación guiada que haré usando Google Docs para las exposiciones de fin de curso que harán varios grupos de alumnos.
Para acabar, y no extenderme más, creo que es obvio que no soy un pedagogo formal o reglado, por lo que quizás lo escrito aquí puede resultar poco estructurado e irrelevante para expertos en pedagogía universitaria y/o en innovación educativa. Pero, estoy convencido, que muchos de mis colegas universitarios, dentro o fuera de la UA, encontrarán inspirador esta conexión de ideas sobre su papel actual y futuro como educadores. Estoy, por tanto, a disposición de ellos, y de cualquier otro miembro de la educación (pre-universitaria, universitaria, etc), para intercambiar opiniones, ideas, etc, que sirvan para mejorar la formación/educación de las personas que nos rodean.
Y, del mismo modo, creo que este mismo artículo, y su conexión de ideas, podría servir en la educación de nuestros hijos y personas queridas (infancia, adolescencia, pupilos en el trabajo, etc), y en otros ámbitos de nuestras vidas. ¿O no opináis lo mismo?
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