” Felipe II, el rey más poderoso de su tiempo y el monarca que más extensiones dominó de nuestra historia, hubo de enfrentarse, ante las dimensiones de su imperio, a enemigos muy poderosos. A la lucha contra turcos, moriscos, herejes y protestantes, se unieron los numerosos complots que en la corte española se pergeñaron contra su persona, algunos instigados por personajes de su entorno más cercano “
Óscar Herradón.
Como lo nota Óscar Herradón, Felipe II era rodeado de personas con malas intenciones que querían debilitar su figura pues trabajaban a alimentar la leyenda negra. Los más conocidos fueron Guillermo de Orange ( autor de la Apología, obra en la que se cimenta la Leyenda Negra contra España y principal líder de la rebelión contra la corona española que desembocó en la Guerra de los Ochenta Años ) y Antonio Perez (uno de los secretarios de Felipe II juzgado culpable en los cargos de traición a la Corona y del asesinato de Juan de Escobedo)
Felipe II era un hombre muy reservado que ocultaba su timidez e inseguridad bajo una seriedad que le valió una imagen de frialdad e insensibilidad. Se dice que no tuvo muchos amigos, y ninguno gozó completamente de su confianza.
Sin embargo, el rey podía contar con unos colaboradores y aconsejadores en que podía fiarse.
Fue el caso, por ejemplo, del gran duque de Alba : Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel que fue hombre de confianza de Carlos I y Felipe II. Mayordomo mayor de Carlos V y Felipe II, fue miembro de sus Consejos de Estado y Guerra. Se encargó del gobierno del ducado de Milán (1555-56), del reino de Nápoles (1556-1558), de los Países Bajos (1567-1573) y del reino de Portugal (1580-1582). Representó a Felipe II en sus esponsales con Isabel de Valois y con Ana de Austria.
Podemos también apuntar a dos de sus secretarios : Ruí Gomez de Silva ( marido de Ana de Mendoza y de la Cerda) y Mateo Vázquez de Leca.
Ruí Gomez de Silvaque ganó su amistad, por lo que fue favorecido económica y políticamente siendo, entre otros cargos, Secretario y hombre de confianza de Felipe II.
Mateo Vázquez de Leca, otro secretario, ejerció una enorme influencia en las decisiones del monarca, convirtiéndose en uno de los más estrechos colaboradores de Felipe II. Su rivalidad con Antonio Pérez y Ana de Mendoza de la Cerda, Princesa de Eboli, le llevó a intrigar en su contra, siendo uno de los que hicieron estallar el escándalo que provocó el encarcelamiento de Pérez y el destierro de la princesa.
El rey pudo también contar con Cristóbal de Moura que fue el responsable de la diplomacia de Felipe II de España junto a la nobleza portuguesa, alimentando las rivalidades políticas entre Prior de Crato y Duque de Braganza, y atrayendo personajes-clave de la sociedad y del gobierno para la causa del soberano español.
Por fin, podemos apuntar a Luis de Requesens y Zúñiga aue fue un militar, marino, diplomático y político español, gobernador del Estado de Milán (1572–1573) y de los Países Bajos (1573–1576). Mentor de don Juan de Austria, su labor fue fundamental para la gran victoria de la Liga Santa en la batalla de Lepanto.