Joanneta tiene un input bilingüe. Su madre y yo le hablamos en catalán (en su variedad valenciana), sus abuelos maternos también. Sus abuelos paternos, en castellano. En ocasiones su madre y yo le hablamos en inglés. Dicho esto, comienzo la descripción de sus primeros sonidos. Como todos los bebés, Joanneta empezó con el llanto como forma de comunicación básica. A partir de los tres meses Joanna comenzó a alternar los llantos y gritos diversos con sonidos que ya parecían tener una apariencia fonética. Lo primero que tengo registrado es algo parecido a lo siguiente: [‘bej] y [e:’wa]. A parte de lo anterior debo notificar que esa época Joanneta no podía mantener todavía erguida su cabeza. Su emisión de sonidos era una especie de juego en el que la diversión principal no era comunicar nada, sino oírse a sí misma y ejercitar sus cuerdas vocales. Cuando necesitaba realmente comunicarse tenía un arma infalible -que obviamente todavía utiliza- el llanto y la sonrisa. Llorar significaba: hazme caso ya; sonreír: mímame.