La xiqui habla tan bien que a veces se me olvida que es una niña de dos años. Está en una fase en la que los cuentos y los dibujos animados la vuelven loca. La diferencia con fechas pasadas es que ella es capaz de contarlos también. También es capaz de crear historias inventadas y de reírse cuando descubre que estamos creando una historia poco coherente. Por ejemplo, que Blancanieves sea muy mala y la bruja muy buena. Es capaz de dirigirse a la gente en función de la lengua (castellano o catalán). También es consciente de la existencia de otros idiomas: el inglés, por supuesto, pero también el francés (sabe decir je m’apelle) y el árabe (la la la). En inglés es capaz de entender ciertas cosas. Muchas veces nos dice: ‘com se diu això en anglés, papi? Le gustan los juegos de palabras. Es capaz de descubrir rimas en las frases e incluso a veces hacer alguna sencilla. Se puede conversar casi perfectamente con ella. Su fonética es casi perfecta. Es capaz de reflexionar también sobre su propio comportamiento: ‘Si no el fiquem (los dibujos), me ficaré a plorar’. Otro de sus pasatiempos es jugar con la entonación. Se imita a sí misma y su lenguaje infantil. Su memoria, sobre todo para los cuentos e historias, es sorprendente.