Hace tiempo que Joanna muestra que posee algo parecido a lo que llamar humor. La primera vez que lo reseñé fue a los 15 meses. Ahora a los 20 el humor es algo más que normal. Ayer, sin embargo, me sorprendió un cosa nueva: su capacidad para considerar la existencia de mundos inventados o posibles. Un ejemplo de ello se produjo cuando de repente se me ocurrió jugar a que hiciéramos como si comiésemos un pollo de juguete usando un cuchillo de plástico y unas marionetas. Joanna no sólo me siguió el juego, sino que ella misma inventaba y se reía como si dijera: ” esto no es real, pero qué divertido es jugar a que lo sea”.