Con el empuje del príncipe Enrique el Navegante entre los años 1394 y 1460, se sigue la ruta hacia las Indias rodeando el norte de África. El espíritu de cruzada y de reconquistas condujo a la formación por parte de los portugueses de guarniciones en África del norte, sobre todo en la costa de Marruecos.
La expansión portuguesa en África se inició en el año 1415, gracias a una serie de viajes marítimos y descubrimientos que permitieron la ocupación de Ceuta.
La conquista se dirigió hacia el sur como consecuencia de la resistencia mostrada por los musulmanes en el norte de África, dirigida la ocupación por la Orden de Cristo, organización fundada con la finalidad de sustituir a los templarios que pretendían proteger las vidas de los cristianos.
Por otra parte, los territorios ocupados por Portugal en Marruecos fueron deteriorándose a mediados de la segunda mitad del siglo XVI. Sobre todo, empezó a experimentarse la decadencia en el año 1517 con la muerte de Yahyá ibn Ta’fuft, caudillo de las tribus árabes que estaban unidos bajo pacto con los portugueses, los cuales habían construido una especie de pacto. Con la muerte de Ibn Ta’uft, los portugueses vieron delimitados sus territorios a las zonas costeras, las cuales supusieron un difícil costo de mantener. Además, se unieron los ataques de los piratas que se desplazaban por toda la costa del norte atlántico. Las prohibiciones sagradas y las limitaciones dispuestas a los portugueses de la compra de trigo o caballos dispuestos por el Yihad, la situación crítica entre los años 1521 y 1522, fueron causas determinantes en el declive portugués. Unido a la falta de recursos, ya que no disponían de suficientes hombres, medios económicos, ni aprovisionamientos para mantener al ejército.
Con la caída de Santa Cruz Aguer y motivada por la intervención de los sa’díes, se promulgó unos nefastos efectos psicológicos. Los portugueses decidieron abandonar los territorios de Safi y Azamor y solo conservaron Mazagán que mantendrían hasta el año 1769.
En el año 1550 abandonarían las zonas de Arcila y Alcázar, conservando solo a Ceuta, que tenía una función esencial para el paso por el estrecho y Tánger. Otra de las causas que originaron el abandono fue que los portugueses vivían en estas ciudades fortificadas en una condiciones bastantes complicadas por los constantes ataques musulmanes que tenían que sufrir. Todos los bienes de primera necesidad procedían de Portugal o de España por mar o bien se los compraban a los moros que en época de paz comerciaban con los portugueses.
Posteriormente, las conquistas portuguesas se vieron reanudadas con el monarca de Portugal, Don Sebastián. El joven rey organizó una expedición formada por 125. 000 hombres, los cuales combatieron en el año 1578 con el ejército de Abd-Al-Malik cerca de Alcazarquivir donde fueron derrotados.
La batalla supuso un fracaso para Portugal que perdió el rey y toda su aristocracia, ya que parte de ella acabó presa y mientras otros fueron exterminados.
En el año 1580, Marruecos pasaría a manos de los españoles bajo el dominio del rey Felipe II que conseguiría las zonas ocupadas anteriormente por los portugueses, Mazagán, Tánger y Ceuta.
Portugal, iniciaría un interés también, en ampliar sus conquistas por los países orientales, y estas fueron otra de las causas que impulsaron el abandono de conquistas que habían llegado a ser el orgullo de los portugueses.