Los esclavos es África son memoria de niños, que estando junto a sus madres, eran arrebatados y trasladados por los portugueses, vendidos sin saber cuál iba a ser su destino. El drama que significó para ellos, la forma de ser cautivados, expresa el terror vivido durante siglos como consecuencia del comercio de esclavos.
Los portugueses salteaban las aldeas y los trasladaban a las costas de Cabo Verde y a los puestos congoleños.
La esclavitud en el siglo XVI alcanzó una magnitud inalcanzable,
y se veía justificada, por el hecho de que la guerra misma era causa suficiente para llegar a efectuar el cautiverio de miles de personas. El esclavo no era sometido para el fin mercantil, sino que muchas veces, era lícita la venta por padres de sus propios hijos como forma de poder garantizarles su propia supervivencia. Legalmente, la esclavitud era aceptada, sobre todo cuando el esclavo no objetaba la acción y por otra parte, en muchos casos, las comunidades africanas incluía la esclavitud como una operación que formaba parte de las costumbres de éstas.
Había veces, que los propios gobernantes de las sociedades africanas entraban en conflicto como consecuencia del deseo de tomar cautivos a los propios africanos y venderlos a los portugueses. Del mismo modo, los propios portugueses confundían a los africanos con engaños o pequeños regalos para conseguir despistarlos y conseguir someterlos y trasladarlos a sus barcos, a veces a la fuerza, sin saber ellos cuáles iban a ser sus destinos ni cuáles iban a ser sus suertes.
Los llamados tangomanos y pomperos, eran los comerciantes que intercambiaban sus productos por esclavos en los mercados y también en ferias, esclavos que posteriormente eran trasladados a las costas de África.
También, los ladrones como castigo eran esclavizados, de igual forma que muchos de los que eran capturados en guerra y habían sido condenados a muerte, la esclavitud era su única salida para su salvación.
Había esclavos de nacimiento, como por ejemplo en Angola, donde los gobernantes los vendían e incluso, en algunos casos los propios hombres se convertían en esclavos como forma de autobastecerse.
La esclavitud también fue considerada como una forma de evangelización de la población africana, considerada como un título honorable que les permitía llegar hasta la fe cristiana y a su vez, conseguir unas mejores condiciones de vida a la que anteriormente, habían sufrido en sus lugares de origen.
La legitimidad del esclavo es defendida por Teólogos y canonistas, desde diferentes puntos de vista, en la búsqueda de saber cuáles eran los motivos que justificaban someter a una persona a su esclavitud.
En el año 1570, el franciscano Bartolomé de Albornoz, por medio de un tratado denominado Arte de los contratos, introduce la duda de que si era lícito la esclavitud. Albornoz, no justificaba la guerra unida a la necesidad de alegar la esclavitud, así como tampoco, de que los prisioneros de las guerras fueran sometidos de forma de esclavos prisioneros.
Otros autores, alegaron que la esclavitud era vulnerar el derecho natural de la persona africana, de hecho todos los hombres son libres de naturaleza y nadie, ni nada, podía impedir este derecho. Pero, todos estos alegatos, no fueron conocidos ni se llegaron a tener noticias de ellos, ya que fueron obligados a ser silenciados, ya que eran pocos los que en aquella época, eran capaces de contradecir la esclavitud que representaba en esos momentos, el poder económico y social.
Las autoridades y gobernantes, tanto civiles como eclesiásticos, a pesar de que éste último parecía incomprensible, apoyaron y permitieron la venta y compra de esclavos que realizaban los mercaderes en África.
En relación con la legislación sobre la esclavitud, los españoles y portugueses partieron de leyes de esclavos originadas de la antigua Roma. Concretamente, los españoles en el siglo XIII incluyeron la ley romana durante el reinado de Alfonso X que fue codificada dentro de la denominada Siete Partidas.
Estas leyes especificaban las causas y motivos que justificaban la esclavitud, así como las normas que lo regía, derechos de los amos y las limitaciones de los esclavos, así como legislación en torno al matrimonio del esclavo, contratos de éstos y su posible capacidad de adquirir la libertad.