En el siglo XVI el proceso de mundialización se había manifestado todavía de forma parcial. Las relaciones entre los diferentes continentes, eran casi inexistentes, ya que no disponían los medios suficientes para llevarlas a cabo. A parte de la mediación musulmana en el mundo Indio y Oriente medio, en África son zonas muy reducidas las que establecen contactos importantes, a excepción de alguna nación europea. Europa fue sin duda, el auténtico motor de individualización pero de forma todavía limitada. Las conquistas se veían delimitadas en aspectos geográficos, políticos, económicos y culturales.
Las tierras una vez descubiertas, seguían viviendo inmensos en sus propias vidas y culturas, inmersos en sus propias etnias, sin casi estar influenciadas por las relaciones intercontinentales.
África, realmente ha sido el continente que ha sabido escaparse de la hélice de la mundialización durante mucho tiempo. Se puede decir, que la historia del mundo terráqueo se ha visto influida en su extensión, pero no en sus pueblos y civilizaciones.
De hecho, muchas veces se ha definido el concepto histórico en África en esta época, como prácticamente inexistente. En torno al año 1000 ningún acontecimiento ni advenimiento puede ser señalizado como factor influyente ni en Europa ni en Asia. Este lastre, continuaría en los siglos XV y XVI, siendo África una zona que no despierta ningún tipo de interés, a excepción de sus zonas septentrionales.
La frontera a atravesar para descubrir los acontecimientos pasados de estos siglos, es muy difícil de traspasar, sobre todo por la falta de documentación que conservan fuentes que puedan informar de lo qué realmente ocurrió. A pesar de que en este continente y en estos siglos se desarrolló una actividad comercial que significaría la obtención de grandes riquezas, los esclavos.
La historia de la ciencia política surge en el momento que desaparece el orden feudal y es sustituido por el estado-nación.
Maquiavelo a principios del siglo XVI introduce el término de política de una forma específica. Según Maquiavelo, el fin justifica los medios y el estado puede usar la violencia como garantía de conservación y control del gobernador. El político, por ello, está autorizado para llevar a cabo cualquier acción que él considere necesaria, sin preocuparse si para ello sea necesario reprimir y regirse por la astucia, la mala fe y el cinismo.
Pero, el elemento político puede aparecer en este continente como el fruto de una semilla plantada en tierra fértil. La realidad política aparece en una sociedad que se desarrolla de forma independiente y autosuficiente aunque se basen en una organización de modo imperfecto.
Desde el siglo XV la organización política experimenta cambios con el nacimiento del Estado moderno, estructura centralizadora y unificadora del poder político. Las Monarquías impulsaron el consorcio de la fuerza militar y desarrollaron una potestad cuyo fin, era conseguir ingresos por medio de la recaudación de impuestos bajo una administración pública. Los imperios políticos se vieron reforzados, como el imperio portugués, español, inglés, ruso y francés.
Los Estados pequeños, son sociedades políticamente poco organizadas que abundan en la costa y en las zonas de bosque denso. Los Estados más consistentes como el Congo o Monomotapa se situaban en el interior protegidos por el espesor del continente.
En definitiva, aunque África tardó unos siglos después en ser colonizados, ya existieron relaciones previas con los musulmanes. El contacto con población extranjera les permitió establecer intercambios religiosos, culturales y mantener un trueque de mercancías, que aunque no ocasionaron una verdadera transformación es sus estructuras económicas si que supuso la dominación europea en los territorios africanos. La zona septentrional, como consecuencia de la dominación islámica provocó la expansión comercial y cultural, en el centro y el sur del Continente se formaron grandes reinos e imperios donde alcanzaron en estos siglos su máximo esplendor. El problema se presentó con la llegada de los Portugueses y su creciente exportación de esclavos como mano de obra barata. El descubrimiento de América tuvo una gran repercusión en el continente africano, ya que muchos de los africanos serían traslados a las tierras del denominado Nuevo Mundo, de hecho, millones de personas dejarían sus casas y familias, dejando las tierras deshabitadas y provocando a su vez las migraciones interiores. Todos estos factores producirían cambios en la organización tanto económico, social y política.
Se produjo por otra parte, un intento por extender el cristianismo en los territorios africanos aunque la zona donde realmente lo consiguieron fue en el reinado del Congo, porque en el resto de casos, se limitó a zonas muy concretas.
El mundo afrosiático, no tuvo influencia en el ámbito cultural, todo se limitó a relaciones comerciales y a veces militares.
Sin embargo, los europeos iniciaron el desarrollo del concepto de Modernidad que supuso la aparición de una serie de cambios, el contacto con mundos desconocidos facilitó el trueque de mercancías e incluso pequeños intercambios culturales y religiosos, que aunque en el siglo XVI no sufrieron una transformación directa en sus estructuras económicas y mentales, concluirían con la dominación del mundo europeo en África.