Economía

África no experimentó la denominada Edad del Bronce, a diferencia de otras zonas mundiales. Pero, en cambio, sí que experimentó la Edad del hierro, rica en este mineral que extraían de sus minas, en especial en el norte del continente. El hierro, era utilizado sobre todo para la fabricación de material agrícola que utilizaban las familias unidas a jefaturas. Además, el hierro también era utilizado para la fabricación de armas, de ahí su importancia, armas de mayor consistencia y dureza, de las que en esos momentos se había conocido. A partir del hierro, se utilizarían otros metales como el cobre, el estaño o el oro, éste último como fuente de desarrollo para los territorios africanos.

La parte de África Occidental fue bautizada bajo el nombre de la Costa de Oro, ya que fue considerada como una zona rica en la producción de oro y una importante fuente para los europeos. Esta parte, junto a la zona centro del sur fueron las zonas más ricas en producción de oro.

Las rutas que seguían los comerciantes del oro en el Sahara eran difíciles de avanzar y sólo habían unas pocas rutas comerciales seguras que fueron aprovechadas por ciudades como Tombuctú.

Todas las redes comerciales actuaban de forma que se regían en base a la competencia entre las diferentes factorías y conscientes a su vez, de que no podían conseguir con la tecnología desarrollada de grandes metas.

Se desarrolló en manos de los altos cargos un sistema, royalties, pagos a individuos que tenían que dividir los territorios en distritos con la finalidad de explotarlos para la obtención del oro. Las minas eran explotadas por familias, en su mayoría semimigratorias y el trabajo no era de forma continua, sino que se explotaban en estaciones establecidas.

El problema en las minas partía de que no había forma de bombear el agua que procedía de las minas y por este motivo, la zona seca era la temporada en que se excavaban hasta una profundidad de cincuenta metros. El agua, la temperatura y muchas veces, la inestabilidad de los terrenos que provocaban nefastos accidentes, fueron los problemas que frenaban las explotaciones.

Un factor económico esencial en África fue motivado por las salidas de marinos del norte de África que incentivó las prácticas mercantiles, contratos entre patrón y la tripulación y seguros marítimos, todo ello, unido a un comercio desarrollado a partir del botín capturado.

Los marinos berberiscos e incluso europeos, proporcionaron un modelo económico a partir de una serie de posibilidades que aparecieron, gracias a las ciudades-puerto. Fue a partir del cautivo de personas, las que asignaron que éstas contribuyeran en diferentes actividades, de hecho, muchas de ellas pasaron a servicios domésticos, artesanales, agrícolas y pesqueras. Una persona cautiva, a diferencia de la persona esclava, podía sustentarse por sí misma, el dinero que obtenía incluso les podía facilitar el acceso a su propia libertad. Además, el cautivo podía ser revendido a un precio superior al del esclavo.

Un ejemplo del desarrollo económico en el continente Africano se extendió al sur del Sudán Occidental, en el África guineana, lugar donde finaliza la sabana y se inicia el comienzo de la selva, influenciada por los progresos económicos de Sudán.

En esta zona se desarrollaron ciudades independientes, cuya base económica era la agricultura, la cerámica, el metal e incluso la escultura. Bajo el control de oligarquías muy bien estructuradas, estos territorios fueron la cabeza del África negra donde construyeron una sociedad y una cultura propia.

A pesar de que la agricultura era la base de la economía, se crearon importantes ciudades concentradas con poblaciones de grandes dimensiones, que a diferencia a la mayoría de las sociedades del África negra, no se encontraba esparcida la población por el territorio.

Otro elemento primordial en Guinea fueron las rutas comerciales que ya existían, incluso antes de la colonización portuguesa. Este factor, también fue primordial para el desarrollo y formación de una clase social más rica con la importación de productos exóticos y de lujo. De esta forma, se formó un comercio exterior que contribuyó a la formación de una empresa que controlaba los ingresos obtenidos de productos exportados como el polvo de oro, nueces de cola y marfil, a cambio de ganado, caballos, artículos de metal, tejidos, sal y esclavos. La moneda también se incluyó, creando una economía monetaria importante a lo que se añadía pesas y medidas, elementos esenciales para el comercio guineano, comercio de un gran alcance y prestigio.

En Guinea, destacaron tres zonas; el pueblo Yoruba, el Reino de Benín y el Nupé.

Dentro de Yoruba, una de las ciudades más importantes fue Oyo, que a igual que Benín, se dedicaban a la venta de esclavos, destacando a su vez en el arte del bronce y del barro cocido. El reino de Nupé, existente desde el año 1350, se caracterizaba por su alto nivel en la actividad artesanal de la madera, junto el cuero, el estaño, el vidrio, los tejidos, los bordados y la construcción de barcos.

Por otra parte, en el siglo XVI, además de los intercambios internacionales, se introdujeron también cambios en los cultivos.

Así, con la entrada de los portugueses en África occidental, se infiltraron las semillas de coco y el arroz de Asia que era diferente al que se cultivaba en África. Además, desde América, apareció como cultivos nuevos la mandioca, de la cual se extrae la tapioca, fécula muy utilizada para la alimentación. Junto a ésta, se introdujo también el boniato, ambos productos muy apreciados porque no se veían afectados por las plagas de langostas. La mandioca, por su parte, fue un producto muy utilizado, sobre todo en las partes del trópico en épocas de carestía.

Un punto clave en la economía africana ha sido y sigue siendo, el estrecho Gibraltar como forma de prolongación por todo el Mediterráneo y con África. A través del estrecho de Gibraltar, se mantuvieron relaciones comerciales desde Alicante con Argelia y también permitieron relaciones económicas con el Magreb, comercio que poco a poco se fue incrementando.

Este movimiento, permitió a su vez, la aplicación de nuevas tecnologías aplicadas a los medios de transporte, donde se vio sustituido el transporte vía terrestre por el marítimo que permitió alcanzar mayores distancias en menos duración.