África se puede analizar siempre a partir del concepto territorial que fue introducido por los romanos, en el que el reino es la clave del dominio y la autoridad toma la forma de la propiedad. El reino, es dirigido por el rey y si en el territorio no hay rey, el dominio es de la nación. El concepto de Estado Nacional apareció en la Europa Occidental, donde aparecieron unas fronteras delimitadas cuyos residentes son considerados súbditos de la autoridad del gobierno y de la Nación.
En África, en cambio, hasta las colonizaciones no existe este concepto, sino que se configuran reinos que también pueden denominarse Imperios. Este concepto territorial se diferencia en que en su mayoría, a pesar de que eran dirigidos por una autoridad, solían variar de territorios e incluso de circunstancias.
En las sociedades africanas la organización se clasifica en tres formas que dirigen el sistema: las anarquías, las jefaturas y las hegemonías. En el caso de la sociedad anárquica, no se conoce ningún tipo de autoridad que dirija la sociedad. Un caso de este tipo de organización es la que utilizaron los Ibos de Delta Nigeriano. La jefatura puede ser una familia, un clan o una tribu en la que el jefe no tiene poder absoluto y normalmente domina la que tiene más prestigio. El factor hegemónico se establece como forma de protección ante una colonización, invasión o corriente comercial.