A través de las expediciones marítimas los portugueses consiguieron importantes expediciones en el Océano Índico y con ello, siendo en el siglo XVI junto a España, la mayor potencia marítima de los pueblos del Atlántico.
Los portugueses inician sus viajes en busca de productos como el algodón, seda, especias y azúcar, a lo que se añaden otros que hasta esos momentos, no eran corrientes para ellos, como maderas de tinte y de ebanistería, añil, café y tabaco.
El incremento y desarrollo del comercio de los portugueses se vio también acrecentado gracias a la obtención de oro que extrajeron de la costa occidental de África. El oro extraído mediante el sufrido trabajo de los esclavos, igual que la obtención del azúcar y el café que fue cultivado por campesinos endeudados con sus gobernantes.
Portugal en el siglo XVI era un territorio que disponía de grandes latifundios y una importante ganadería. Su capital, Lisboa era uno de los puertos mayores del mundo y dominaba la vida política y económica de la nación, gracias a sus lazos comerciales con el norte de Europa, Italia y otras zonas del mediterráneo que permitieron la llegada de gran cantidad de emigrantes a la ciudad. Entre estos extranjeros que llegaban a Portugal, se encontraban los genoveses, marítimos que tenían amplios conocimientos sobre la marítima. Fueron gracias a ellos, los que desarrollaron unas primeras e importantes expansiones marítimas.
A todo esto, se sumaría el interés por parte de unos administradores dirigidos por el poder real en dirigir la expansión y unos comerciantes, interesados en conseguir unos beneficios económicos.
Su primer asentamiento imperialista en las costas Africanas les permitió conseguir su poder y obtener un importante comercio y riquezas hasta ahora desconocidas y que flaqueaban con la expansión de la peste negra. El interés por la ocupación africana parte del deseo de conseguir oro y grano, disponibles en las ciudades del norte de África y que a su vez, eran centros claves, ya que eran puntos donde llegaban el comercio que unía el África occidental productora de oro con el mundo mediterráneo.
Una vez que los portugueses entraron en contacto con las costas africanas establecieron las denominadas factorías, normalmente situadas en islas donde construían un fuerte y en ellas, los portugueses dejaban una guarnición. Era un modo de tener un lugar seguro, donde los barcos portugueses dejaban todo su cargamento y los volvían a cargar, de forma que establecían un comercio e intercambio con los indígenas. La factoría, no significaban que la zona llegara a ser ocupada produciendo asentamientos por los portugueses, sino que era una forma de crear un comercio de forma establece sin llegar a la conquistar la zona.
Los portugueses, en las factorías establecían un trueque de baratijas a cambio de esclavos y productos naturales y que denominaron rescate.
En cambio, cuando se producía la colonización, los gastos recaían normalmente en nobles, los que costeaban los gastos de transporte de los colonizadores y de las iniciales actividades comerciales. Estos nobles, a cambio recibían una serie de títulos que les permitían conseguir poderes y privilegios. El título era concedido por señores propietarios (donatarios) de sus tierras y los nobles se comprometían a gobernar el territorio y les permitían conseguir ciertos beneficios económicos.
Este método, se denominaba capitanía donataria, que siendo de tradición patriarcal le suponía un mínimo gasto a la corona.