Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de la Marche (UNIVPM, en Italia) y de la Universidad de Granada (UGR) lo ha demostrado ‘en vivo’ con personas, según publican en la revista Food Chemistry.
Los científicos han suministrado a 12 voluntarios sanos 500 gramos diarios de fresas (de la variedad ‘Sveva’) a lo largo de cada jornada. Durante 16 días se han tomado muestras de sangre: a los 4, 8, 12 y 16 días, y un mes más tarde. Los resultados revelan que el consumo regular de esta fruta puede mejorar la capacidad antioxidante del plasma sanguíneo y la resistencia de los glóbulos rojos a su hemolisis (fragmentación) oxidativa.
Las fresas presentan gran cantidad de compuestos fenólicos, como los flavonoides, que ejercen como estos antioxidantes. Estas sustancias disminuyen el estrés oxidativo, un desequilibrio que se produce en algunas situaciones patológicas (como la enfermedad cadiovascular, cáncer o diabetes) y fisiológicas (nacimiento, envejecimiento, ejercicio físico) entre la agresión que producen “especies reactivas del oxigeno” –los radicales libres, en particular- y las defensas antioxidantes del organismo.
Cuando la oxidación supera a la defensa antioxidante se produce el estrés oxidativo, que, además de estar en el origen de ciertas enfermedades, también está implicado en fenómenos como la velocidad a la que podemos envejecer, por ejemplo.
En el catálogo encontrarás libros sobre antioxidantes para profundizar en éste tema.
Fuente: SINC