En 1950, Nueva York era la única “megaciudad” del mundo (es decir, una metrópolis con más de 10 millones de habitantes). Actualmente existen 25 “megaciudades”, y 65 urbes más albergan a más de 5 millones de personas. La más grande es Tokyo, con 35 millones de habitantes (más que toda la población de Canadá).
Abajo con el mito urbano: Sólo la mitad de población mundial vive en zonas urbanas, pero las ciudades consumen el 75% de la energía y son responsables del mismo porcentaje de GEI. (Fuente: Iniciativa Clinton por el Clima).
Las zonas urbanas ocupan sólo el 2% de la masa terrestre, pero son responsables de un 75% del uso industrial de la madera. De forma similar, el 60% del agua extraída para uso humano va a parar a las zonas urbanas.
Veamos el ejemplo de Madrid. La “huella ecológica” del terreno necesario para sostener el consumo y los residuos de la población es de casi 20 veces (19,9) su superficie. Visto así, el caso ecológico contra las ciudades parece irrecusable, pero resulta difícil imaginar la posibilidad de alojar a la creciente población mundial sin esos términos.
El reto consistirá en planificar y regular el desarrollo urbano de manera que se proteja y se enriquezca el entorno.
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Fuente: Joanna Yarrow.