– ¡A mí no me dejaron votar en toda mi vida!
– Pues ahora vas a estar votando toda tu muerte.
¡Claro! Resucitaron a los muertos para que pudieran votar y así ganar las elecciones.
Bart Simpson habría llegado a esta conclusión de ultratumba, pero lo cierto es que esta práctica no era demasiado extraña en la España de la Restauración.
Tovar, El Imparcial, 24-2-1918