Compre pescado fresco.
Ahorre carne para nuestros soldados y aliados.
Varias cuestiones me suscita este cartel canadiense de la Primera Guerra Mundial:
– ¿Desde cuándo la carne es mejor que el pescado? ¿Es que no pueden convivir en armonía?
– Pedazo de vestido que se ha puesto la señora para ir al mercado.
– Y la más importante: ¡¿Qué hace un carnicero vendiendo pescado?!