La Capilla Real de Granada

En la ciudad de Granada se pueden encontrar varios monumentos, de los cuales hablaré a lo largo de diferentes artículos.

Para empezar, cerca de la catedral, en el centro de la ciudad, se encuentra la Capilla Real construida por Enrique Egas desde 1506 hasta 1521. Mucha gente va a visitar este monumento tan famoso que alberga los restos mortales de los Reyes Católicos, Fernando de Aragón e Isabel de Castilla; por su valor histórico y humano, artístico y religioso.

Una vez en el templo nos encontramos con la nave, la reja, los sepulcros reales y el retablo mayor.

La nave está cubierta de bóvedas góticas, donde se pueden ver motivos heráldicos de los Reyes Católicos, el águila de San Juan, el yugo y las flechas. Bartolomé de Jaén hizo la reja entre 1518 y 1520, en hierro forjado dorado al fuego.

Los sepulcros de los diferentes reyes presentes fueron hechos en Italia en mármol de Carrara. El de Fernando e Isabel es obra del italiano Domenico Fancelli en 1517 y el de Felipe y Juana es obra del español Bartolomé Ordóñez en 1520. Debajo de estos sepulcros se encuentra la cripta con los féretros de los reyes y del pequeño príncipe Miguel, nieto de los Reyes Católicos

El florentino Doménico Fancelli, que realizo el Enterramiento de los Reyes Católicos, fue uno de los escultores italianos que vinieron a España a trabajar, llevando con ellos el Renacimiento italiano. En la Capilla Real, las formas son suaves y elegantes, hay una profusa decoración, “toda de una exquisita elegancia renacentista”. 

El retablo mayor es obra de Felipe Vigarny, hecho de 1520 a 1522. En el centro del retablo está la Cruz. En los lados se encuentran escenas de la pasión, la Virgen, San Gabriel, el Padre, entre otras cosas. En la parte inferior podemos observar dos escenas importantes entre los Reyes Católicas y Granada: la entrega de Granada por su rey Boabdil a los Reyes Católicos en 1492 y los bautismos de hombres y mujeres musulmanes en 1500. A ambos lados del retablo están las estatuas orantes de Fernando e Isabel, de Diego de Siloé.

Al final de la visita, podemos ver una colección de tejidos, pinturas religiosas y varios objetos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *