Cristóbal Colón llega a Castilla a principios de la primavera de 1485. Se encuentra con un pueblo en armas, pues Castilla lleva tres años en guerra con el reino nazarí de Granada.
Fernando el Católico es por entonces un monarca joven de 30 años, ansioso por convertirse en el gran capitán de la guerra de la Reconquista.
Llega al Monaterio de la Rábida que tiene fama de hospitalario. Le recibe Fray Antonio de Marchena, un buen astrólogo. Esa es su primera parada. Colón debe ir a ngociar a la Corte, pero antes debe encontrar a alguien con quien dejara su hijo pequeño Diego, a quien consigue finalmente dejar al cuidado de su cuñada Doña Violante. Ya puede marchar tranquilo a negociar a la Corte en busca del apoyo que necesita.
Gracias a Fray Antonio de Marchena consigue una carta de recomendación para su único conocido en la Corte, el confesor de la Reina, Fray Hernando de Talavera.
El problema es que los RRCC andan inmersos en la conquista de Granada por lo que las posibilidades de Colón para ser oído son mínimas.Tiene que seguirlos por innumerables lugares hasta que al fin en 1486 logra ser recibido por los monarcas, que se muestran más entretenidos que convencidos, sobre todo la reina Isabel, más soñadora que Fernando. Constituyen una Junta de Expertos para que evalúe el proyecto , pero el dictamen fue desfavorable. Son los RRCC quienes comunican en persona el fallo fe la Junta a Colón. Desean matenerlo en la Corte y no romper del todo con él.
Colón permanece con la voluntad firme. De hecho, busca apoyo de nuevo en el monarca Juan II de Portugal mientras que su hermano Bartolomé lo intenta en la Corte de Londres, ante Enrique VII. También lo intenta entre los magnates andaluces: Duque de Medinacelli y el de Medina-Sidonia.
El Duque de Medinacelli se muestra interesado en financiar la aventura de Colón y es entonces cuando reacciona la reina. No puede consentir que sea otro quien esté detrás del posible éxito de Colón. Lo recibe de nuevo y se implica en la aventura. Parecía imposible que los RRCC pudieran llegar a ceder ante las desorbitadas pretensiones de Colón, pero así fue.
¿Qué hizo que cedieran?
La intervención de un personaje de la Corte como el aragonés Luis de Santangel, hombre de confianza del rey Fernando.
Era una oportunidad única para expandir las fronteras de la monarquía española.
No se perdía nada si no se conseguía, salvo el coste de la expedición.
El que se plantearan de que podía ser otro protector en Europa el que apoyara a Colón.
El dejarlo todo bien atado en las Capitulaciones de Santa Fé, firmadas el 17 de abril 1492.