Colón está pletórico. Al fin lo ha conseguido. Creen en él. Ha echado un pulso increíble a los Reyes y ha ganado.
Los Reyes entregan a Colón dos carabelas. Deben zarpar en 10 días, por lo que debe encontrar marinos lo que se convertirá en una de las tareas más difíciles pues nadie quiere alistarse. Tienen miedo y no creen en el proyecto. Llegó a reclutar delincuentes.
De nuevo, de manera providencial aparece Fray Antonio de Marchena que contacta con un peso pesado en Palos, un marino de gran experiencia que conseguirá que se alisten muchos marineros.
Ya están listas las dos carabelas: la Pinta y la Niña y la nave capitana la Santa María.
Hay capitanes, pilotos, marineros, calafates, grumetes, carpinteros, intérpretes, un cirujano, un boticario, un tonelero, un sastre y un platero. Sus sueldos eran considerables para la época, además recibían 4 pagas por adelantado.
Una vez bendecidas las naves por Fray Antonio de Marchena, las naves zarpan del Puerto de PALOS el 3 de agosto de 1492. Muchos vecinos les despiden con tristeza pues creen que nunca más volverán a verles.