Se inicia un libro de actas, ya bajo el régimen fascista, comenzando con unos pagos realizados a hoteles (cubiertos en reuniones del Consejo de Guerra y viaje a Alicante), pintores, albañiles y materiales, al Hospital Municipal y un tal Luís Romares por 24 cafés, tabaco y coñac para los reos ejecutados el día 6 de octubre de ese mismo año.
Se disuelve el Hogar de la Vejez y se instala en el Convento de las Agustinas Descalzas, de la misma localidad. Mientras se realizaba este cambio, una mujer llamada Rosario Cabrera se hizo cargo de los ancianos, que en ese momento estaban en el Hospital Municipal. La Comisión Gestora decide darle una gratificación de 40 pesetas, por dicha labor.
A continuación se establece una forma de pago para los herederos de Manuel Muñoz, quien dio un crédito al Ayuntamiento. La Comisión Gestora decide devolver la cantidad en cinco plazos anuales.
Tras esto se procede al nombramiento de don José Esquerdo, para el cargo de Interventor municipal interino.
Por último, se procede a la revisión del expediente de jubilación de la limpiadora del Ayuntamiento, quien tenía una afección que le inhabilitaba para desarrollar su puesto, por lo que fue jubilada en el año 1937. Se decide readmitirla “sin sanción”, para posteriormente volver a jubilarla, ya que había ciertas irregularidades en su expediente.
Se cierra la sesión a las 19:30.