CASO CERRADO
El delito de Sara y David es ser pobres y diversofuncionales (minusválidos, según un certificado que les debería asegurar protección especial y no un castigo por ser como son), la condena: privarles de su hija, Esmeralda.
El delito de Esmeralda es haber nacido, la condena: impedirle crecer al lado de sus progenitores, Sara y David.
El delito de los responsables de Sara y David despreocuparse totalmente de ellos hasta el punto de abandonarles a su suerte en estos momentos, la condena: seguir beneficiándose de las ayudas económicas a que tiene derecho Sara.
El delito de los responsables administrativos su negligencia al no dispensar a Sara y David la especial protección a que están obligados, la condena: aparecer como administración responsable y veladora de los derechos de Esmeralda.
El delito de los responsables judiciales dar a todo este sin sentido una apariencia de justicia descuidando los derechos de Sara y David, su condena: aparecer como poder público que vela por los derechos de Esmeralda.
Imaginemos una Sara y un David igual de pobres y carentes de medios, pero sin diversidad funcional, ¿Servicios Sociales hubiese adoptado las mismas medidas? Posiblemente estaría en una casa de acogida para madres como los contemplados para mujeres en situación de riesgo de exclusión social o para madres jóvenes con hijos pequeños.
Imaginemos ahora una Sara y un David con diversidad funcional pero con una situación familiar aceptable o con los apoyos que legalmente les correspondan (parece ser que un curador), con una asistencia personal apropiada, incluidos social y laboralmente. Posiblemente no estarían pasando por este calvario, ni ellos ni Esmeralda.
Dejemos de imaginar. Son pobres, carecen de medios, no tiene una situación familiar “normal”; su curador parece ser que no da cuentas a nadie de lo que hace con la pensión que recibe en nombre de Sara ni a nadie le importa, jueces y fiscales incluidos; a los servicios sociales solo les ha preocupado esperar a que naciera Esmeralda, tenerla localizada y quitársela a la madre, cuando han tenido nueve meses para haber tomado las medidas necesarias para evaluar la capacidad de Sara y David para ser padres y dotarles de los medios necesarios a que tengan derecho…
¿Qué se puede esperar de un sistema que culpabiliza de sus negligencias al más débil y desoye el sufrimiento que causa apelando a un bien superior?
¿Qué se puede esperar de una sociedad que guarda silencio?
Jesus Angel Nieto Herce,
Abogado en ejercicio y activista del Movimiento de Vida Independiente en España