Enrique Rubio Aracil
DNI 21xxxxxxxM
Enrique Rubio Aracil
DNI 21xxxxxxxM
Carta abierta al Presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero.
José Antonio Fortuny |
“Pero la prestación que nos dan sólo alcanza para poder contratar, en la práctica, entre dos y tres horas de asistencia al día…”, añadió acto seguido, abatido, reventando de un plumazo mí efímero momento de gloria.
“¿Que dices? ¿Estás seguro de eso? Pero si los que tenemos un cuerpo tan díscolo, que no nos hace ni puñetero caso, empleamos gran parte de este tiempo en “simples” maniobras como levantarse y acostarse de la cama…, por lo que con esta mísera dotación poco más podremos hacer, impidiendo revertir el déficit que padecemos quienes necesitamos del concurso de esta otra persona para participar plenamente en la sociedad. Obviamente, tampoco servirá para que las familias y en especial las mujeres cuidadoras recuperen una vida que les ha sido arrebatada por la dimisión de los poderes públicos en su deber de garantizar la igualdad de oportunidades (es lo que te ha tocado, apáñatelas como puedas, les han dicho desde siempre los dispensadores de la culpa y el castigo)”.
Mi amigo estaba hecho polvo, sentí un hondo suspiro al otro lado del auricular: “Con tres horas de asistencia al día como máximo nunca podré salir por ahí y perseguir chicas, como corresponde a un joven de mi edad; nunca podré desarrollarme plenamente como persona ni tener el control de mi propia vida. Cuando mis padres ya no puedan con nosotros acabaremos, y con mucha suerte, con nuestros huesos en una residencia, cazando moscas con la lengua y coreando las canciones de Barrio Sésamo”.
No sabía qué decirle. Me costaba reaccionar. Lo primero que me vino a la cabeza es que podía tratarse de un error sintáctico: probablemente no habían querido decir “la asistencia que necesitas”, sino “una pequeña parte de la asistencia que necesitas”. También barajé la posibilidad que el anuncio en cuestión fuera fruto de la interferencia de alguna emisora marciana. Pero el spot publicitario era tan claro y contundente..., y además lo repetían con tanta asiduidad…
Fue entonces cuando una insinuación de mi amigo me sacó del remolino de mis cavilaciones. Apuntó a una hipótesis que me puso la carne de gallina. No quise detenerme a considerarla seriamente; era demasiado escabrosa y perversa. Preferí apartarla de un manotazo mental, agarrar la dichosa ley, hincar los codos, y adentrarme en su lectura pormenorizada, buscando algo que pudiese aplacar nuestra consternación.
Tras leerla con detenimiento me topé con un rayo de esperanza en medio del negro y crudo panorama en el que nos hundíamos. Afortunadamente la ley, en su propio articulado, dota de mecanismos para mejorarla tanto a nivel autonómico como local. “Imagino que esto va a ser lo que van a hacer… No creo que nos dejen así…”, traté de reconfortarlo. Así lo indican, entre otros, el artículo 7.3 o el 11.2.: “En todo caso, las Comunidades Autónomas, de conformidad con lo establecido en el artículo 7 podrán definir, con cargo a sus presupuestos, niveles de protección adicionales al fijado por la Administración General del Estado […] podrán adoptar las normas de acceso y disfrute que consideren más adecuadas”.
De lo contrario, si no fuera así, uno podría empezar a pensar mal… Y convendrán conmigo en que hay algo mucho peor que no poderse mover ni rascarse la nariz, algo más vergonzoso que no tener la ayuda que realmente necesitas: que te utilicen, que se rían de ti, que jueguen sin ningún tipo de escrúpulos con tu vida y dignidad.
Mientras tanto, acabé encontrando también el lado positivo a este tipo de anuncios, probablemente producido con la colaboración del Ministerio de Medio Ambiente: cuando alguno de nosotros mira este tipo de anuncios entonces se le calienta tanto la sangre que ya no necesita encender la calefacción. Un gasto que nos ahorramos.
Llega el turno de Javier Romañach, Foro de Vida Independiente.
El habla de ciudadanía y la reclama desde la silla de ruedas en la que le dejó un accidente de tráfico hace años convirtiéndole en un hombre con una funcionalidad distinta pero no discapacitado ni minusválido, aclara con fuerza.
Reivindica que el software libre no generará libertad si no incluye a todos los ciudadanos y a todas las personas, discapacitadas o no, como usuarios y beneficiarios.
Foro de Vida independiente es, define el propio Romañach, una agrupación de personas que trabajan por lograr la ciudadanía real de las personas con discapacidad. Y ahí mucho tienen por hacer las nuevas tecnologías siempre que se utilicen con tino.
Son personas “de infantería” (concepto de nuevo del ponente) porque “desde esta silla se está muy pegado al suelo”. Quieren conocimiento que fluya y que además sea accesible, dentro y fuera de la red. Actúan e interactúan a traés de la información, la cultura y con acción política. Reclaman el concepto de la diversidad funcional, por que no se sienten ni discapacitados ni minusválidos y no van a parar hasta que el resto nos demos cuenta.
Tienen más lemas, todos muy pragmáticos y sobre todo muy particulares (de hecho Romañach habla de la diversocracia como su forma de funcionamiento”. Se trata de un movimiento de personas que exigen su reconocimiento como ciudadanos, y algo más que leyes “quiero poder tomarme una caña en un bar: que me bajen la barra”.
Mucho sentido común, todavía más valor y toneladas de sentido del humor.
Y acción: “en nuestro grupo quien propone hace”.
Europa Press (18/12/2007)
gobierno-publicidad 19-12-2007
Terra Actualidad – EFE