La historia de un joven con síndrome de Down que accede a la universidad. Una persona le financió la matrícula y él espera trabajar en una oficina. No sólo muestra la capacidad del joven, también las propuestas universitarias para su adaptación y posterior acceso a un puesto laboral.
Lo interesante no es abortar o aniquilar a estas personas – que lo son, como todas – practicando una eugenesia gratuita con la excusa de que el estado gasta mucho en ellos. Si el estado invierte en profesores y educadores que les enseñen y en investigadores que encuentren la manera de ayudarles a moverse en la sociedad o a integrarse o a formar sus propios grupos sociales, redundaría en beneficios para aquellos que sólo buscan enriquecerse rápidamente con la corrupción engañando a sus votantes y asesinando silenciosamente a medio mundo con su egoísmo.
Hijos felices, integrados y con futuro, padres más felices y seguros, miembros de la sociedad activos y productivos con ganas de trabajar y hacer ganar dinero a quienes piensan egoístamente.
http://www.latercera.com/noticia/portada/2011/07/653-382976-9-soy-down-y-voy-a-la-universidad.shtml