La nueva normativa aboca a los asesores de inversión a un proceso de fusiones

La nueva legislación sobre mercados financieros (conocida por el nombre de la directiva, Mifid 2) es ya una realidad en España. Tras varios retrasos en su adaptación a la normativa, las gestoras de fondos, los bancos y otros agentes tienen que cumplir con una batería de medidas que van a cambiar el panorama de la inversión.

Uno de los segmentos más afectados es el de las empresas de asesoramiento financiero (EAF), especializadas en aconsejar a altos patrimonios. Con las nuevas exigencias y la merma de comisiones, muchas de ellas tendrán que fusionarse.

“El sector financiero está dando un giro de 180 grados con la llegada de Mifid 2 y las nuevas exigencias que conlleva. Será más complicado que sobreviva el actual número de asesores y de intermediarios que se han creado. Los márgenes están bajando y muchas entidades habrán de buscar soluciones, como fusiones, integraciones o directamente tendrán que cerrar”, señala Rafael Gascó, presidente del banco especializado en gestión patrimonial Diaphanum.

Entre las novedades que introduce esta nueva legislación está una fuerte limitación para que los asesores cobren de terceros. Hasta ahora, la mayor parte de las comisiones que percibían procedían de las gestoras de fondos. El asesor recomendaba a su cliente una serie de fondos y las gestoras pagaban al asesor por la comercialización. Con Mifid 2, la posibilidad de cobrar este tipo de comisiones se ha reducido mucho.

Además, la nueva normativa impone una fuerte exigencia en cuanto a la transparencia de los costes. Todas las gestoras y asesores deben explicar a sus clientes, incluso antes de la contratación, qué tipo de gastos y comisiones van aparejados con cada producto. “Cuando los clientes vean las fuertes comisiones que se les están aplicando por productos de baja calidad, van presionar mucho para reducirlas”, explica otro directivo del sector.

El presidente de Diaphanum avisa de que los bancos tradicionales también se verán afectados por los cambios

Las complicaciones para las EAF (antes conocidas como eafis) ya se han dejado sentir en las cifras. El número de asesores registrados en la CNMV cayó en 2018 un 7,6%, hasta las 158, después de años de crecimiento. Los ingresos por comisiones bajaron un 6% y el número de clientes descendió un 3,4% (véase gráfico).

“Las exigencias en cuanto a cumplimiento normativo son abrumadoras. Son un gran lastre”, agrega el propietario de una EAF.

La CNMV reconoce estos efectos secundarios de Mifid 2. “La nueva normativa está afectando a la estructura de mercado. Ha habido un evidente incremento de los costes operativos y tecnológicos, que está impactando especialmente sobre las entidades pequeñas y medianas”, señaló el lunes Ana María Martínez-Pina, vicepresidenta del supervisor, en un foro sectorial.

Pero el sector bancario clásico también se ve afectado. “En la mayoría de entidades tradicionales resulta cada vez más complicado realizar asesoramiento, salvo el dirigido a segmentos de clientes ultrahigh. La mayoría de ellas ha optado por la gestión discrecional con unos pocos perfiles de riesgo, en los que hay que empaquetar a los clientes”, sentencia el presidente de Diaphanum. “La industrialización del sector puede propiciar la fuga de talento y que de algún modo se acabe expulsando a los perfiles más valiosos, que al mismo tiempo son más caros. En este escenario, ante la caída en el margen de los beneficios, cada vez son más las entidades que reducen considerablemente la retribución variable”, añade.

Fuente: CincoDias


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