Escueta y directa frase exclamativa en la que alguien parece odiar a alguien y que mejor forma para evitar decírselo a la cara que expresarlo en una pared. Quien sabe, puede que su autor no este odiando a nadie en concreto, puede que odie a todo aquel que lo lea, es más, puede que solo lo pusiera para desahogarse ante alguna fatalidad personal. Lo único cierto es que quien escribiera el graffiti logró que su mensaje llegara al mundo del ciberespacio. Enhorabuena.
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