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DISCIPLINA

DISCIPLINA

El tipo de hombre que reclutaban los tercios, era por un lado cristiano con sentido del honor por su reputación y su propia importancia. Y por otro lado el despreciador de la muerte. Estamos hablando de hombres que se pasaban meses en campañas marchando sin cesar, deteniéndose solo para una batalla o para enterrarse durante meses en una trinchera. Por lo tanto había que diseñar un sistema punitivo que fuese duro y a la vez que pueda respetar su particular idiosincrasia. Respecto el marco jurídico, ningún soldado podrá ser llamado a justicia por ningún delito, sino ante los jueces militares. No estaban sujetos a la legislación propia del territorio donde operaban. Lo más importante era mantener la disciplina ciega, donde residía en gran parte la superioridad de la infantería española. Otro factor fundamental de los tercios era la honra. A la hora de reprimir, se castigaba de forma inmediata, contundente y de modo que se dejase a salvo su reputación. Era importante amonestar al culpable en privado, para no avergonzarle ante sus pares. El instrumento de castigo por lo tanto no podía ser un insulto, ni menos una bofetada. No se les castigo con palo. Porque lo que nadie discutía era que el honor del soldado tenía que quedar a salvo, ya que sin honra no se puede servir al rey.