Descontento Nobiliario. La Liga Nobiliaria.

La forma de dirigir la guerra contra Granada y el mal uso de los fondos procedentes de la bula cruzada fueron el primer pretexto para el malestar del grupo nobiliario, que formaron una liga nobiliaria,  integrada por el marqués de Santillana y los condes de Benavente y de Alba, a los que se unieron el conde de Haro y el arzobispo de Toledo, Alonso Carrillo.  Del lado del monarca, pero no frente a los Grandes, estaban el marqués de Villena, su hermano el maestre de Calatrava y el arzobispo de Sevilla, Alfonso de Fonseca.  Estos bandos nobiliarios manejarían, en la práctica, los temas de la corte.

La postura de los nobles se radicalizó cuando el marqués de Villena, Juan Pacheco y su hermano, el maestre de Calatrava, Pedro Girón, se vieron desplazados  del poder político, militar, económico y social de los recién llegados, sobre todo, por el condestable Miguel Lucas de Iranzo y el conde de Ledesma y maestre de Santiago, Beltrán de la Cueva. Los antiguos favoritos se integraron en la liga nobiliaria para presionar al monarca, de manera que éste alejara de la corte a Beltrán y ellos recuperaran el poder perdido o, si no fuera posible, se hicieran fuertes al lado del infante Alfonso, hermano del rey, igual que habían hecho contra Juan II al apoyar al entonces príncipe heredero, Enrique.


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