Los conflictos entre ambos bandos, crearon gran inseguridad que las ciudades, villas, por lo que se resucitaron las Hermandades para asegurar la paz y el cumplimiento de la Justicia. Concretamente, entre 1466 y 1467 se creó y organizó una Hermandad General, con dicho fin, que, en líneas generales, puede aceptarse su alineación al lado de Enrique IV.
Para su organización, el capitán de las tropas de cada ciudad, villa o lugar, estaría a las órdenes del capitán de cada provincia y, éste a su vez, obedecería a un capital general, nombrado en la Junta de la Hermandad. Se pretendía, con esta organización, que la Hermandad se extendiera a todo el reino para cumplir mejor sus objetivos, que eran: el mantenimiento de la justicia, el bien público y la conservación de la corona real, es decir, el apoyo a Enrique IV.
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