Desde el año 2007 se desarrolla en Baelo Claudia una novedosa e interesante línea de trabajo como es la paleosismología, ciencia que estudia antiguos eventos sísmicos, concretamente terremotos y tsunamis. Para ello se está elaborando un completo mapa del yacimiento donde aparecen reflejadas todas las anomalías detectadas en el terreno o sobre los distintos edificios que componen la antigua ciudad hispanorromana.
Los profesores Pablo Silva (Universidad de Salamanca) y Klaus Reicherter (Universidad de Aquisgrán) coordinan este interesante proyecto que cuenta además con la colaboración de otras instituciones de prestigio como es el Instituto Geológico Minero de España (IGME). En 2009 se realizó el primer Taller Internacional de la INQUA “Paleosismología, arqueología y terremotos” que colocó a Baelo Claudia como referente en la investigación a escala internacional.
En la actualidad, el desarrollo de esta línea pasa por la colaboración con los distintos proyectos de investigación que se están desarrollando en el yacimiento, como es el nuestro. Así, durante el mes de abril de 2016, un nutrido equipo compuesto por jóvenes estudiantes de geología de la Universidad de Aquisgrán ha realizado prácticas consistentes en el uso del georradar para detectar grietas y fisuras en el terreno, fundamentalmente en la parte norte de la necrópolis donde hasta el momento a penas si hemos intervenido arqueológicamente, por lo que los resultados serán de un enorme interés también para ubicar nuevos monumentos funerarios y los trazados de algunos de los diverticula (vías secundarias) del espacio funerario.
El área sur del yacimiento, la más próxima al mar, resulta de gran interés para la detección de tsunamis, por ello se han recogido muestras sedimentológicas para obtener dataciones absolutas, y para mediante análisis microsedimentológicos, poder detactar estos fenómenos en la Antigüedad.
Por último se ha procedido al barrido con georradar de todo el sector occidental de la necrópolis, que hasta el momento no ha sido objeto de intervención desde 1917, con Pierre Paris y George Bonsor al frente. Los resultados van a permitir seguir avanzando en la interpretación de esta importante área funeraria, su distribución espacial, localizar más sepulcros, confirmar la conservación de la vía sepulcral y su conexión con el espacio urbano.
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