Las células madre hematopoyéticas, las que originan las células de la sangre, se encuentran en la médula ósea, es decir, en el interior de muchos de los huesos. En muchos casos médicos, congénitos y adquiridos, es necesario reimplantar estas células en la médula. Por ejemplo, se realiza tras tratamientos que han matado las células madre, como ciertas quimioterapia contra el cáncer, o porque las células originales no funcionen correctamente. Hay diversas enfermedades de la sangre que requieren este tipo de trasplantes, entre ellas varios tipos de anemia y leucemia.
Para que los transplantes tengan éxito, se debe procurar que la compatibilidad entre donante y receptor sea máxima. Cada persona tiene en la superficia de sus células un conjunto disntinto de proteínas antígenos del grupo leucocitario humano A (abreviadamente HLA). Cuanto más parecido sea este conjunto de proteínas entre donante y receptor, mayor es la probabilidad de éxito del transplante, pues habrá menor probabilidad de que se produzca un rechazo inmunitario.
El problema reside en que hay una gran diversidad genética en las poblaciones humanas de estas proteínas HLA. Hay al menos 59 proteínas de tipo HLA-A, 118 de tipo HLA-B y 124 de tipo HLA-DR diferentes. Eso implica que muy pocas personas tenemos las mismas proteínas HLA, y por ello, hay pocas personas compatibles entre sí. Es más probable que sean compatibles los HLA de los pacientes con los de sus parientes más cercanos (padres y sobre todo hermanos), ya que con ellos se comparten un buen número de genes (los hermanos gemelos son genéticamente idénticos y serían 100% compatibles, pero tienen otro problema que ya veremos en otra entrada). Hay un 25% de probabilidad de que el hermano de un paciente sea compatible. En definitiva, solo entre un 25% a un 35% de los pacientes que necesitan transplante de médula tienen un pariente compatible.
Eso significa que la mayoría de los receptores necesitan la donación por parte de personas no emparentadas. Actualmente se considera que la compatibilidad es buena cuando hay coincindencia en 10 proteínas HLA. La probabilidad de que esto ocurra entre personas no emparentadas varía desde 1 entre 100 hasta 1 entre un millón, dependiendo de las características genéticas e inmunológicas de los enfermos. ¿Se trata entonces de buscar una aguja en un pajar?
Para encontrar donantes más efectivamente, se han establecido en cada país registros de donantes de médula ósea, que se han ido asociando en un registro mundial, que actualmente tiene más de 18 millones de donantes registrados. En España, la Fundación Josep Carreras fue pionera con el REDMO. También se han añadido millones de donantes de cordón umbilical, otra fuente de células madre hematopoyéticas. El perfil de los donantes suele ser el de personas que han visto de cerca casos de transplantes y que conocen la problemática médica, la angustia y la desolación de los pacientes y sus familias. Esto ha elevado la probabilidad de encontrar un donante no emparentado a más de un esperanzador 50%.
Esta entrada tiene su origen en las declaraciones del director de la Organización Nacional de Transplantes, Rafael Matasanz. No sé que pasa en España que todo lo que tiene que ver con el fútbol adquiere dimensiones inusitadas y requiere toda la atención mediática. Y también ha pasado con este blog, mira por donde. El hijo de un futbolista de un club de primera división necesita un transplante de médula, y es uno de esos casos donde no hay donante compatible entre sus parientes. Así pues, se activa el sistema de búsqueda de un donante de médula ósea compatible en las redes nacionales e internacionales. El padre del chico, apoyado por el club de fútbol donde juega, la afición y una página web propia, decide buscar donantes compatibles por su cuenta, al margen del procedimiento establecido por las autoridades sanitarias.
El Dr. Matasanz opina que este tipo de llamamientos no sirve para nada. El procedimiento de la donación consiste en realizar un análisis de sangre para comprobar la compatibilidad, y la disposición de esos datos en los bancos nacionales e internacionales apropiados. Al cabo de un tiempo, alguien puede necesitar médula de ese donante, por lo que se contacta con esa persona, se le somete a más análisis y finalmente se le interviene para extraerle médula. “No conozco ningún caso en que un llamamiento masivo haya derivado en un trasplante. Al final, se resuelven a través del registro internacional”, dice el doctor Matasanz. De hecho, las personas que se apuntan al banco de donantes en estas campañas, en un arranque de generosidad, al cabo del tiempo deciden no donar a una persona desconocida. Es la cara escondida de estas campañas de donación: la experiencia dice que este tipo de solidaridad al poco tiempo se esfuma. Lean el comunicado de la ONT.
Desde aquí llamamos a la responsabilidad de los donantes, para que acepten el compromiso solidario y desinteresado de la donación con todas sus consecuencias; y también a la de los no donantes, para que se agreguen al procedimiento establecido. Todo ello al margen de de la moda y de que las personas que necesiten nuestra médula sean más o menos famosas, y lleven nuestros colores, tengan nuestras creencias o compartan nuestras ideas.