El privilegio de insaculación es el proceso de elección de los cargos municipales que regirán la Villa. En realidad es un intento de la monarquía para hacerse con el poder de las poblaciones y como consecuencia de ello controlar a la creciente burguesía que se estaba apoderando del poder municipal. Esta constante se inició con el reinado de Alfonso el Magnánimo.
En el siglo XVI Alcoy obtuvo en dos ocasiones el privilegio de la insaculación. La primera de ellas fue concedida por el Rey Fernando II (EL Católico) el 21 de enero de 1503 y el segundo concedido por Carlos I en 1547.
Dentro del primer privilegio de insaculación se disponía, que se confeccionaran tres sacos, donde eran introducidos el nombre de los alcoyanos que podían optar a ser elegidos como oficiales locales y se extraían de cada saco un número determinado de nombres a través de una la mano inocente de un niño. Por medio de este sorteo alcanzaban los agraciados los distintos cargos oficiales locales.
En el segundo privilegio de insaculación, el número de sacos se aumentó a cuatro, siguiendo el proceso siendo similar.
Estos privilegios volvieron a ser aprobados por Felipe IV en 1604, en las Cortes celebradas ese mismo año. Y estuvieron vigentes hasta la pérdida de los fueros por Felipe V en 1708.
Los principales cargos municipales se han citado en el apartado de la organización civil de la Villa.
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