Debido al crecimiento demográfico que se produjo en Alicante en el siglo XVI, que junto a la inmigración de mercaderes extranjeros, sobretodo genoveses, y la alta actividad comercial portuaria, alicante se consolidó como ciudad y también su expansión fuera de sus murallas. Para ello dos grandes arrabales se formaron, el de San Francisco y el de San Antón.
El Arrabal de San Francisco.
Se comunicaba con la ciudad a través del portal de Elche. Los residentes de tal arrabal fueron los marineros que varaban sus barcas en la orilla,
que posteriormente fue la plaza de las Barcas (actualmente Gabriel Miró). Tras dos intentos de demolición que fueron fallidos, el arrabal siguió consolidándose. El arrabal contaba con 4 calles, actualmente conocidas como Manero Mollá, San Francisco, Barón de Finestrat y Gerona, 2 plazas actualmente conocidas como Portal de Elche y Gabriel Miró y con una cifra que rondaba las 300 casas. Los jornaleros y pastores habitaban cuevas y tugurios alrededor de la Montañeta.
El Arrabal de San Antón.
Fue creciendo a lo largo del siglo XVI a extramuros de la puerta de la Huerta, al norte de la ciudad. Los caminos conocidos como de la Huerta, de Vata, de Castilla y Alcoy y de la huerta de la Condomina, como ejes del barrio junto con la antigua ermita de San Antón. Compuesto por unas 50 casas y algunos almacenes de esparto.