Este año se ha cumplido el tricentenario del nacimiento de uno de los ciudadanos más ilustres de la ciudad y provincia de Alicante, Don Jorge Juan y Santacilia, conocido también como “el sabio español”. Esta afirmación no debe tomarse a la ligera, en la memoria han quedado sus hazañas, su mentalidad ilustrada y científica, su carácter humanista.
Nace el 5 de enero de 1713 en Novelda (concretamente en la partida rural del Hondón), un municipio de la provincia de Alicante a tan solo 24 km de la capital levantina, en una finca familiar conocida como “El Fondonet”. Hijo de Bernardo Juan y Canicia natural de Alicante y Violante Santacilia y Soler de Cornellá natural del municipio alicantino de Elche, ambos de familias acomodadas.
Comenzaría sus estudios en el colegio alicantino de la Compañía de Jesús, para luego adentrarse en los estudios de Gramática en la ciudad de Zaragoza. Será notorio su ingreso en la Orden de Malta a la edad de doce años. Tras unos años fuera de España, como consecuencia de su ingreso en la citada orden regresaría en 1729 para ingresar en la Real Compañía de Guardias Marinas para su formación como marino, profesión a la que estaría destinado a ejercer en el futuro. Es en esta academia adquirirá sus estudios de carácter técnico y científico, ya que esta escuela fue muy importante desde su fundación en 1712 en lo que a estudios prácticos y de carácter industrial, científicos y técnicos se refiere. En esta época de su vida participará en numerosos viajes marítimos, la mayoría de carácter bélico, acciones encaminadas a contrarrestar al “infiel”, finalmente terminando sus estudios en el año 1734.
Entre sus hazañas más notables está la del viaje a Quito para medir un grado del arco del meridiano terrestre para determinar junto a otras mediciones realizas en otros puntos terrestres la forma exacta de la tierra, travesía que hizo junto a Antonio de Ulloa y de la Torre-Guiralue, además de otros académicos franceses. Otro de sus trabajos fue la de hacer de espía para la nación, siendo enviado a Londres por el marqués de la Ensenada para que adquiriera información en relación a la construcción naval y tecnológica en general, aspecto en la que los británicos nos sacaban mucha ventaja. Su actividad como espía fue provechosa para el reino hispánico, incluso llegando a traer técnicos cualificados a nuestro país.
Ocupará muchos cargos en la España del siglo XVIII. Será capitán general, director de la Academia de Guardias Marinas, embajador extraordinario en la corte de Marruecos y ministro de la Junta General de Comercio y Moneda, jefe de la armada, rector del Seminario Real de Nobles de Madrid. En resumen se podría decir que además de ser un gran erudito dedicado a las obras más elevadas en cuanto a cultura, Jorge Juan fue una persona patriota, siempre al servicio del rey y de los intereses de la nación, convirtiéndole en alguien interesante e intrépido, un “Indiana Jones” actual, aventurero donde los haya.
Su otra prioridad será la de investigar el funcionamiento de todo tipo de artilugios marítimos, centrándose en la navegación y el estudio de todo lo que tuviese que ver con ella. Científico, marino, ingeniero, astrónomo, matemático… En definitiva un hombre revolucionario en su tiempo, rupturista en el modo de vida de la España del XVIII.