Los padrones, al hacer el repartimiento de los impuestos, distribuyen a los vecinos según su grado de riqueza dejando atente una estructura social al modo en que se entiende hoy día.
Observamos que en el padrón de 1526-1530, se diferenciaban cinco estratos sociales a los que denominaron manos. De este modo señalaron la falta de igualdad y mostraron que eran conscientes de las diferencias impuestas por los ingresos.
La distribución media de todo el siglo vislumbra una sociedad tripartita, tal y como veremos en el siguiente cuadro, representada por un 78% de la población que merece el calificativo de clase baja. Todavía dentro de esta clase se podrian diferenciar dos grupos: uno de muy necesitados (45%) y otro que supera ese grado de necesidad (33%). Le siguen una clase media de un 15% y una clase alta escasa de un 6%.
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