En cuanto a los medios de vida será fácil suponer que en una población agrícola de un millar de habitantes la mayoría vivía del campo, como labradores propietarios los menos, como jornaleros los más.
Quizá por eso los padrones sólo destaquen las excepciones y anoten así la existencia de un notario, un barbero, un “ferrer”, dos albañiles, dos o tres sastres, un “espandenyer”, un “fuster”, un cabrero, un “hostaler”, el cura, un presbitero, en ocasiones un “pedrapiquer”. Curioso que no aparezcan personas dedicadas al pastoreo (sólo un cabrero), cuando por los padrones de ganados conocemos su existencia. En suma, una quincena de familias que viviría bien de su oficio bien compaginándolo con labores del campo.
Como muestra el siguiente cuadro, algunos vecinos vivieron bien del pastoreo bien del fruto de sus ganados. Perfilando más las cifras y manejando sólo porcentajes es posible dibujar el reparto profesional de Almoradí a finales del siglo XVI, que aparece en la Figura 2.
El resultado está acorde con el momento histórico: una inmensa mayoría, más del 75%, entre menestrales y jornaleros agrícolas, viven pendientes del jornal diario. Aproximadamente un 20% son labradores (propietarios y arrendatarios) y el resto viven de profesiones liberales.
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