Formación de la identidad de Almoradí

 

A propósito del título, creemos que la actividad de los movimientos sociales socavan las diferencias más inmediatas en favor de la unidad. Esta unidad, tras resultar espontánea, evidencia rasgos e intereses comunes que al fin y al cabo, contribuyen a la configuración de la identidad de un pueblo. Ante un contexto de adversidad el pueblo adquiere entidad y protagonismo, se siente dueño de sí mismo.

De esta forma debemos destacar en especial, el movimiento de oposición ciudadana que protagonizaron los vecinos de Almoradí ante la inminente disgregación de la heredad de Algorfa. Del mismo modo, no podemos dejar de destacar lo ocurrido durante los acontecimientos acaecidos durante el motín de 1766.

Durante el motín, los vecinos se agruparon y declararon la incapacidad tanto de la clase gobernante, como de las oligarquías locales. Como vemos, a pesar de ser un movimiento que se extendió por muchas zonas de la península, cada población se caracterizó por unas peculiaridades propias, en cuanto a la actuación y a las demandas. Es precisamente este rasgo el que define las motivaciones únicas y particulares de un pueblo, aunque no debemos olvidar que fue ante todo un movimiento antiseñorial y de subsistencia.

En cuanto a la cuestión de Algorfa, la población de Almoradí se opuso al recorte territorial. El movimiento de oposición estuvo agrupado por el ayuntamiento, el clero y el vecindario, protagonizando enfrentamientos armados de gran envergadura. Y todo ello tras el fallo del pleito en favor del titular de Algorfa. El mayor enfrentamiento tuvo lugar el 29 de noviembre de 1800, cuando el corregidor de Jijona, juez comisionado para el deslinde, se presentó para realizar oficialmente la demarcación. Una vez allí, se encontró con 50 o 60 personas armadas en la linde del término, donde tuvo lugar un enfrentamiento violento que provocó la suspensión de las diligencias de apeo. Finalmente, la actuación de demarcación prosiguió en 1802, estableciéndose a fin de no obstaculizar el proceso, 50 pesos a los cabecillas de la sublevación, la amenaza de expulsión de la villa a los padres mínimos y 6 años de prisión a todo vecino que directa o indirectamente se opusiese al acotamiento.

Como vemos, este movimiento podemos enmarcarlo en la corriente de los defensores de la Ilustración, al protagonizar un movimiento antiseñorial contra el marqués de Algorfa, el cual representaba un modelo de características feudales, que además de repoblación y colonización agrícola, conllevaba a monopolios y situaciones de vasallaje. De hecho, uno los medios utilizados por el marqués fueron los contratos enfitéuticos para evitar así, la salida de los vecinos del caserío.

Nos encontramos por tanto, ante un modelo de rechazo por parte de toda una comunidad, un cambio de pensamiento unánime y homogéneo en su mayor parte que ha configurado el pensamiento y la identidad histórica de un pueblo. Responden a hechos y acontecimientos previos que han contribuido a la memoria histórica colectiva. Ideas que por otra parte, culminarán pocos años después, en las Cortes de Cádiz de 1812 con la abolición del Antiguo Régimen.


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