Evolución de la estructura social de la propiedad de Alzira

En Alzira la importancia de la propiedad forastera fue escasa, tanto en 1465 como en 1580, y sólo a finales del siglo XVII y comienzos del XIII los sectores adinerados forasteros fueron los protagonistas de una avalancha de inversiones, que modificó la situación. Este cambio se basó en una modificación sustancial de la propiedad forastera, ya que las inversiones a partir de este momento serían realizadas por la burguesía ciudadana y el clero de la ciudad de Valencia, e incluso de sectores relevantes de la nobleza, con casos destacados como un residente de Madrid, el Marqués de Santiago.

Por otra parte, la compleja interrelación entre las diversas modalidades de propiedad (agrícola, urbana, censal) explican que su significación en términos globales a penas variase, pero debemos tener en cuenta que en una economía campesina insertada en una sociedad feudal, el equilibrio era fundamental, ya que se debía llevar a cabo una interrelación adecuada entre la capacidad productiva del sector agrario y la distribución del excedente obtenido, para que se produjera un crecimiento demográfico, pero al tiempo que la gran cantidad de rentas agrarias y urbanas fijaban unos topes de endeudamiento y detracción de rentas.

Así, la propiedad agraria era la principal forma de propiedad, aunque hay que tener en cuenta que había una gran cantidad de haciendas extra agrícolas, como las del clero, o de casos singulares, como los molinos situados en los sectores de ciudadanos acomodados. Así, el endeudamiento relacionado con los bienes raíces, como las cargas hipotecarias, evolucionó de forma irregular pero con un claro crecimiento desde 1580. Señalar en este sentido, que los capitales que hipotecaban los inmuebles urbanos y parcelas agrícolas aumentaron con mucha mayor intensidad de lo que lo hicieron las propiedades agrícolas o urbanas, compensando este incremento de los capitales censales con reducciones de rentas censales, por lo que la cantidad de tierras censadas aumentó intensamente durante el siglo XVII y primera mitad del XVIII. Si a esto añadimos el endeudamiento municipal progresivo, el aumento del significado socioeconómico de los distintos tipos de censos y censales es más que evidente.

Por otra parte, la distribución de los distintos tipos de bienes variaba mucho en función de los diversos grupos sociales, por lo que la burguesía de menestrales y profesionales liberales destaca por el hecho de que la mitad de sus bienes eran edificaciones, por su parte el clero aparece como censualista hasta que en el siglo XVIII comenzó a realizar inversiones agrícola, mientras que la pequeña nobleza local y los mudéjares o moriscos tendían a tener propiedades agrícolas.

Señalar que se produjo una evolución irregular de la polarización social, con una élite socio-económica muy inestable, que experimentó grandes cambios entre finales del siglo XVI y 1768, momento en el que encontramos una sociedad alzireña con un nivel de miseria muy generalizado, ya que los jornaleros sin ningún tipo de bienes constituían una buena parte de la población, los propietarios eran la mayoría de renta inferior y había una pequeña élite local, pero que se vería obligada a competir con unos terratenientes forasteros que iban acaparando cada vez más grandes porciones de propiedades y rentas, y con un clero competitivo en la lucha por las inversiones agrarias.

En último lugar, señalar que se pasó de una estructura agraria dominada por la propiedad de vecinos no rentistas y orientada a la producción cerealícola, durante los siglos XV y XVI, a una gran propiedad forastera, que obtenía rentas mediante arrendamientos a corto plazo, y el predominio del cultivo de la morera, durante los siglos XIII y XIX

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