Alcira y la seda.

Esta ciudad situada a las orillas del Júcar,  cuyas tierras permitirán un buen aprovechamiento  de cultivos como el trigo, el arroz y el ejemplo que nos interesa, el cultivo de la morera.  Alcira , como se puede llegar a inferir por lo que indica su toponimia , se trata de un municipio de fundación musulmana, denominada en tiempos  árabes como Al-Yazirat Suquar ( la isla del Júcar).  Evidentemente tras la conquista de la península por parte de los musulmanes durante todo el siglo VIII, la producción de la seda (sericultura) y el arraigo de este cultivo provienen innegablemente de dicha población siendo en un futuro cercano un área de densa producción sedera . A grandes rasgos, en el Reino de Valencia, durante los siglos  denominados modernos., había un elevado porcentaje de producción de seda, lo que hace que tal volumen de producción no pueda ser absorbido dentro de la localidad, así como dentro del propio reino, por lo que se planteará la posibilidad de exportación tanto hacia el interior de la península Ibérica, hacia Castilla, así como hacia el exterior, como puede ser la exportación hacia el mediterráneo. Durante el siglo XVII será ya cuando se comience a detectar una cierta decadencia económica y política . Comenzandose a dar por parte de las autoridades pertinentes una actitud protectora reflejada en la òlitica ejercida  de la Junta de comercio creada por Carlos II, siendo ampliada posteriormente y dotada de mayor coherencia durante el reinado de Felipe V. En  la segunda mitad de este mismo siglo se planteará en esta industria el problema de la competencia extranjera a nivel de exportación tanto en el ámbito de la península así como de las ya descubiertas Américas.  Para la ciudad, centrándonos sobre todo en el siglo XVII, se documentan los mayores ingresos de las arcas de la villa y para el fisco real, manteniendo una fuerte importancia principalmente  durante  la primera década de la centuria. Ya a partir de 1610 se alcanza un precio desorbitado en la manufacturación de la seda, debido  a la recesión de la industria textil a causa de  la falta de clientela por la desaparición de las clases medias relacionado con el problema de los censales.  La expansión de la morera se produjo en  Alcira durante  el siglo XVII, llegando a abarcar tanto la villa como las zonas circundantes un porcentaje de dos terceras partes  de la producción total de Las tierras bañadas por el Júcar. Alcira, aparte de ser una población con una producción sedera muy alta era también el principal centro de redistribución y comercialización de la seda en la comarca de la Ribera, de ahí que fuera un eje importante de una densa y amplia área sericícola. Se podría estimar según algunos datos que las zonas de producción de más de 10000 libras en ambos lados del Júcar se ubicaban en zonas circundantes al municipio (Carcaixent, Algemesí, Guadasuar, Alberic, sueca, Polinyà), que  junto a la producción del propio municipio podría estimarse su producción en torno a la tercera parte de la producción total del País valenciano.

En el siglo XVIII, alrededor del año 1730, se dará un momento crucial con relación a la producción de la seda, tratando de definir la posición del municipio y la comarca  en cuanto a la exportación de la materia prima. La producción sedera a partir de la segunda mitad de la decimo octava centuria, según algunos datos arrojados de estudios posteriores, sitúa su techo de producción en el año  1770, momento en que la producción total alcanzaría la cifra de dos millones de libras para el Reino de Valencia. Las cifras para Alcira oscilaban en esas fechas a unas 30.000-40.000 libras, dejando entre ver un descenso en la producción de la seda en relación a la centuria anterior. En los años finales del siglo XVIII se acucia mucho más la decadencia productiva del cultivo de la morera y la consiguiente producción. A partir de la segunda mitad del siglo  XVIII  cuando Alcira, centro neurálgico de distribución y comercialización de la actividad sericícola, pierde su importancia en detrimento de la ciudad que en momentos anteriores se encontraba tras ella, la ciudad de Valencia. Según indican los datos de diversos estudios, la sericultura, fue víctima de la menor rentabilidad que ofrecía esta actividad frente a otras producciones alternativas. De ahí, se puede deducir que zonas más fértiles, que era  donde en un principio se había consolidado la producción sedera y el cultivo de la morera, perderán intensidad, pasando a convertirse el cultivo de la morera y la producción de la seda en una actividad secundaria. De modo que tanto el cultivo de la morera , la cría del gusano de la seda así como la manufacturación de dicho textil fue perdiendo paulatinamente la importancia en dicho municipio hasta que llegado el momento ésta actividad se clausurase , perdiendo casi por completo en el tiempo  las técnicas especificas utilizadas para la actividad sericícola al en la región y el municipio ,igual que ha pasado con tantas actividades artesanales que a día de hoy apenas se conocen o simplemente se desconocen , perdiéndose el rastro de esta actividad en la villa de Alcira casi por completo.


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