La villa de Alzira fue desde el siglo XVI un centro importante, tanto poblacionalmente, por su situación fortificada, como por su posición priviligiada junto a un meandro del río Júcar, cuyo paso era obligado para las comunicaciones y los intercambios entre el interior y la costa. Además se les concedió una importante extensión de terreno y una serie de privilegios, entre los que destacaba el gobierno y la administración de la Acequia Real de Alzira.
En cuánto a la elección de cargos municipales se hacia por el sistema de parroquias, metódo que se fue sustituyendo por el de la insaculación, controlado por las oligarquías, lo que llevaría a la aparición de parcialidades durante gran parte de la Edad Media. Por otro lado, algunas comunidades rurales dependían de la villa de Alzira, como Carcaixent. Señalar que en esta época es cuando se producira el auge de la morera y de la industria sedera, la ampliación de la superficie cultivada y la aparición de nuevas élites locales de labradores acomodados, que aspiran a un ascenso social y económico. De esta forma, poblaciones dependientes de Alzira se convertirán en poblaciones prósperas y ricas. Pero debemos tener en cuenta que este crecimiento escondía desigualdades sociales y una constante conflictividad social.
Por otra parte, en lo referente a la fiesta del Corpus Christi, señalar que ha sido durante siglos la principal festividad de Alzira, con el fin de aumentar la fe entre los cristianos, aunque también era utilizada como un instrumento de legitimación y propaganda, ya que contaba con la protección eclesiástica y la del municipio, por lo que su significación social solía superar el sentimiento religioso para convertirse en un sentimiento de identidad y cohesión de una comunidad. Se celebraba 10 días después del Pentecostés, por lo que era una forma de mostrar la correlación entre la sociedad cristiana y la urbana, a partir de la cual se realizaba la elección anual de jurats, consellers y Consell General.
Por lo que la fundación de la Cofradía del Santísimo Sacramento supra minervam en Carcaixent, supuso una disminución de la representación social del poder de la villa de Alzira, a la vez que era un importante instrumento para las nuevas oligarquías de Carcaixent. Por ello, la celebración de la procesión del Corpus Christi de forma independiente a la de Alzira, que fue utilizada como instrumento de propaganda, les permitió incidir en la construcción de la comunidad imaginada de Carcaixent.
Alzira, por su parte respondió enviando un síndico al máximo tribunal de justicia valenciano, para informar de la ausencia de Ternils y Carcaixent en la procesión del Corpus, así como de que estaban realizando la suya propia de forma independiente y de que habían fundado una cofradía de Minerva sin los permisos correspondientes. Esto llevó a un enfrentamiento entre la jurisdicción eclesiástica y la real, por lo que se tuvieron que aplicar una serie de medidas, pero el conflicto continuó. Así, se inició un pleito ante la Real Audiencia entre las partes, es decir, entre la cofradía de Minerva y la iglesia de Carcaixent contra el vicario, justicia y jurados de la Villa de Alzira. Poco después, se redactó otra en contra del Obispo de Fez en la Gobernación. Legalmente, entre 1565 y 1567, la villa tuvo varias sentencias desfavorables, lo que fue aprovechado por las oligarquías como instrumento de propaganda, para la construcción de su “comunidad imaginada”. Así, observamos como la cofradía de Minerva había actuado como desestabilizador de la representación social de la villa de Alzira.
Deja un comentario