Reformas Hidraúlicas en Alzira (S.XVIII)

En el siglo XVIII los borbones iniciaron una serie de reformas, que durante el reinado de Carlos III se tradujeron en ambiciosas obras hidraúlicas, con el fin de mejorar la navegación fluvial y el regadío del país. Estas medidas se proyectaron sobre el valle del Ebro, la cuenca del Duero y sobre Valencia, Alicante y Murcia.

 En cuánto a la prolongación de la Acequía Real de Alzira entre Algamesí y Albal, así como la mejora de los tramos ya existentes, llevaron a la configuración de lo que conocemos como Acequia Real del Xúquer, que fue una de las más importantes, ampliando la superficie irrrigada y la expansión del cultivo del arroz. Señalar que conllevó un importante conjunto de disposiciones legales, promulgadas por diversos órganos estatales, como el Consejo de Castilla y la Audiencia Valenciana, la participación directa de funcionarios reales importantes, así como lo que el nombre de este propio canal indica (Acequia Real), todo parece llevar a que es una iniciativa exclusiva del estado borbónico.

 Pero esto no fue realmente así, ya que este aumento de la superficie regada en esta zona, fue inicialmente promocionado por el Duque de Híjar y acordado conjuntamente con la propia comunidad de regantes, los cuales estaban interesados en llevar el riego a sus tierras de Sollana, por lo que fue una iniciativa sin participación ni apoyo del estado, el cual intervino cuando comenzaron a haber disputas entre ambas partes.

 Por lo que el Duque de Híjar, ante la resistencia de los regantes tardicionales, convirtió su interés particular en uno general, aludiendo al privilegio de 1404, que facultaba la prolongación de la Acequía de Alzira hasta la ciudad de Valencia, atrayendose así a su bando a las autoridades estatales, prometiendo el riego de zonas del Patrimonio Real en los límites de la Albufera. Aunque con el paso del tiempo la correlación de fuerza entre pretendientes y opositores fue cambiando hasta invertirse, debido a que como resultado del aumento del regadío, se pudo ampliar posteriormente el regadío a amplias zonas que nunca lo habían tenido, consiguiendo así eliminar la oposición de los regantes tradicionales, por lo que para limitar el choque de intereses se solicitó el arbitrio real, enviando a un Visitador Real, aunque las deligencias del reparto general de aguas quedaron en suspenso hasta 1759.

 Por otro lado, el aumento del interés por el cultivo del arroz, llevó al Duque de Híjar, señor de Sollana, a proponer el proyecto de llevar el riego hasta esa zona. Para ello necesitaba la construcción de un nuevo canal y la autorización del Concejo General de Regentes. Finalmente, se aprobó el proyecto, llevando así acabo la contrucción de la Acequia de Sollana entre 1760 y 1767.

 Por último, señalar que el nombramiento de Casamayor tenía como objetivo la rápida ampliación del área irrigada por la Acequia Real de Alzira, hasta la Albufera, enlazando así la Acequía Real con la huerta de Valencia. Éste consiguió que su autoridad al frente de esta empresa no estuviera limitada por los derechos históricos de ninguna de las comunidades regentes, sino sólo sujeta a las órdenes del Consejo de Castilla, como representante de la voluntad del monarca, logrando así sus objetivos.


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