La agricultura en Monforte durante el reinado de los Borbones (S. XVIII) I: Características generales

Tras la Guerra de Sucesión se produce la llegada de una nueva dinastía, los Borbones, con Felipe V a la cabeza. Los Borbones impulsarían un nuevo modelo de Estado que, en cierto modo, también tuvo sus repercusiones en la agricultura, ya sea de forma directa o indirecta. Así, durante todo el S. XVIII se produce una mejora en la productividad agrícola que a su vez redunda en un crecimiento demográfico, lo que supone, a su vez, una necesidad de extender los terrenos de cultivo en Monforte. Con este fin, ya desde finales del S. XVII se tiene documentado cómo se fue arrasando los bosques monfortinos a través de talas de árboles para el aprovechamiento agrícola de esas tierras. Destacar también que se construyen dos fuentes nuevas (fuente del caño y fuente de manadores) que abastecían de agua a las nuevas tierras de regadío.

Así, hay que tener en cuenta que durante el S. XVIII se producen una serie de cambios técnico-económicos que mejorarían la agricultura, cambios como la ampliación de la zona de regadío o el aumento de los cultivos con fines comerciales. Sin embargo, pese a estos cambios, el modo de producción siguió siendo el mismo. Nos encontramos con tierras de pequeño y medio tamaño, que varían entre 1 y 9 tahúllas (1 tahúlla= 1118 m2), sin encontrarnos con grandes propiedades, aspecto que se debe fundamentalmente al hecho de que Monforte era territorio de realengo y no un señorío. Y en estas tierras se cultivaban sobre todo productos destinados a la subsistencia, es decir, a la alimentación de los propios monfortinos y a pagar los impuestos establecidos, que podían ser mediante dinero o mediante parte de la cosecha, según se acordase. Sin embargo, como ya hemos dicho, cada vez se irá destinando más tierras para cultivar aquellos productos que mayor rentabilidad económica se le podía sacar a través del comercio, como por ejemplo la vid de la cual se producía el vino. Podemos establecer que los principales cultivos durante el S. XVIII y durante toda la Edad Moderna fueron: vid, trigo, cebada (producto imprescindible, ya que era el principal alimento de las clases populares), olivo, garroferos, higueras, almendros, algarrobos, etc. También nos encontramos con otros cultivos menores destinados en exclusiva para el autoconsumo, como lechugas, coles, nabos o chirivías.

El cultivo se realizaba tanto en tierra de regadío como de secano. El regadío se extiende durante esta época y se da en todo lo que se conocía como la Huerta Mayor, que comprendía partidas agrícolas como la de Agualeja, camino del río, camino de Aspe y camino de Elche.

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