En primer lugar tenemos que destacar que en el 1715, fray Isidoro Gutiérrez, un franciscano nacido en Biar, publicó su obra “Historia verdadera de la maravillosa aparición, prodigios y milagros de la sacratísima y angélica imagen de nuestra señora de Orito”, un libro en el que recopilaba todos los acontecimientos memorables relacionados con la Virgen de Orito y todo lo ocurrido en el convento hasta la fecha. Así, nos habla de los 75 milagros de la Virgen y los 173 de San Pascual, al igual que de la romería del santo. Incluso nos da cifras de las visitas a Orito, diciéndonos que 5.000 personas visitaron Orito en el 1715, un dato que nos deja entrever la gran importancia del convento en la comarca. Destacar que esta publicación fue adquirida en el 2007 por el Ayuntamiento de Monforte del Cid, siendo una muestra más del interés del pueblo monfortino por conocer y cuidar su legado histórico.
La importancia del convento de Orito seguía creciendo e incluso se llegaron a enterrar allí importantes personajes de la época como Nicolás Escorcia (hombre clave en la defensa de la ciudad de Alicante ante el bombardeo francés de 1691), cuyo féretro se halla perdido en la actualidad.
Las visitas a Orito seguían creciendo, al igual que crecía el propio convento, que ya en el 1769 albergaba a 51 individuos, siendo de ellos 20 sacerdotes, 10 coristas, 9 legos (monjes dedicados a actividades laborales y asuntos seculares), 9 donados (monjes que no hacían votos solemnes de por vida) y 3 sirvientes. En cuanto al sostenimiento del convento, estaba financiado por los donativos y también se apoyaba en el trabajo en el huerto del convento.
El propio convento de Orito comienza a realizar legislación, como la normativa sobre comportamiento cívico en las fiestas de 1775, que tenía como objetivo reducir el número de asesinatos en las fiestas. Pero además, no sólo se legisla desde el propio convento, sino también desde el poder central (ahora, con los Borbones, más centralizado que nunca) se envían privilegios relacionados con el funcionamiento del Convento. Podemos destacar el realizado el 20 de marzo de 1749, un privilegio que pese a no ir dirigido directamente al Convento de Orito, sí que le afectaba puesto que se decretaba que cada convento de San Francisco debía de tener un Síndico para administrar económicamente los bienes del convento y conseguir que el dinero se invierta en cosas útiles y necesarias para el convento y los religiosos que allí habitaban.
Por lo que respecta al aspecto del convento, ¿dista mucho de lo que hoy podemos apreciar? Conocemos distintas descripciones, como la dada por ejemplo por fray Gutiérrez en su obra de 1715. En ella nos habla de que la entrada estaba formada por un arco (que posteriormente se tapió) a través del que se accedía a un porche. Las paredes del interior del convento estaban decoradas con cruces coloradas (posteriormente cubiertas cuando las paredes se decoraron con alabastro). En la bóveda había pintada una Gloria rodeada de ángeles y en las paredes colgaban varios cuadros que relataban los milagros de la Virgen de Orito. En el altar mayor se encontraba una reliquia de plata y piedras preciosas que presidía un gran cuadro de la virgen. Además, en el altar se encontraban 10 lámparas de plata que habían sido donadas por los fieles. También había 2 grandes cuadros en los que se representaba a San Pascual y a San Pedro de Alcántara. Por lo tanto, sólo basta acercarse al convento y comparar la descripción que nos da fray Gutierrez con lo que hay en la actualidad para observar los cambios arquitectónicos y decorativos.
Por otro lado, la devoción por San Pascual en Monforte también iba en aumento, hasta tal punto que el 29 de junio de 1715 el Cabildo municipal de Monforte acuerda nombrar segundo patrón de la Villa a San Pascual, acto que fue confirmado el 7 de julio por el Palacio Episcopal de Alicante, pasando a celebrarse a partir de este momento las fiestas patronales en honor a San Pascual todos los 17 de mayo.