DELINCUENCIA Y BANDOLERISMO EN ONTINYENT DURANTE LA ÉPOCA MODERNA

Durante los siglos XVI-XVII, es decir, en época moderna, aparecieron diversas fricciones entre la oligarquía ciudadana debido a la lucha por el control del gobierno que tendrá su punto álgido durante el reinado de Felipe II  alcanzando su plenitud durante el reinado de Felipe IV.

Personajes como el virrey y organismos como el Real Consejo, consideraron que la causa principal de estas desavenencias nacían del mal regimiento de la justicia, y la solución que se da para acabar con este problema, consistiría en la incorporación a la corte del  justicia, de un jurista doctor experto en leyes que asesoraría al titular. Ciertamente, este era el problema de fondo, una impartición parcial de la justicia que provocaba unas desavenencias que en la mayoría de los casos se solucionaban a través de las armas.

Estas diferencias, intentarán arreglarse con la composición de unas capitulaciones de concordia entre las distinguidas dinastías locales como los Blasco, Pérez, Barber, Barberá, Sancho o Cubelles que firmaron una serie de acuerdos de concordia entre ambos ante la presencia del inquisidor, es decir el encargado de impartir la justicia en la villa real de Ontinyent, ya que de esta manera, lo que se pretendía, era eliminar las enemistades entre las clases altas de la sociedad ontinyentina de la época provocadas por la mala aplicación de la justicia, algo que al parecer tuvo un éxito bastante efectivo, debido a que durante casi cerca de un siglo, dejaron de producirse enfrentamientos entre las capas sociales más distinguidas de Ontinyent, aunque, como decíamos anteriormente, estas capitulaciones no resultaron tan determinantes y efectivas como se pretendía ya que durante 1680, los enfrentamientos y la tensión entre estos grupos sociales, de nuevo, hicieron acto de presencia, y el justicia ontinyentino, al verse desbordado, y consciente de que era incapaz de solucionar este problema por sí mismo, solicitió el auxilio del gobernador de la vecina localidad de Xátiva, que se desplazó a Ontinyent con toda una compañía de soldados.

Esta intervención sí que resultó ser bastante efectiva y tajante, por que de ahora en adelante dejarán de producirse enfrentamientos entre estos grupos sociales ontinyentinos, debido a que no existirán noticias que hagan referencia a más diferencias entre las facciones poderosas de la villa del Clariano, que así es como los historiadores de la época llamaban a la ciudad de Ontinyent.


Posted

in

by

Comments

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *