Orihuela, el granero del Reino

Diversos cronistas nombran así a la ciudad de Orihuela por su gran producción agraria, que si bien resultaba insuficiente para un Reino siempre deficitario en este ámbito, era destacadamente superior al resto del territorio.

Con un aparcelamiento del terreno cultivable dominado por la pequeña y mediana propiedad en las zonas circundantes a la ciudad y un aumento del latifundio cuanto mayor es la distancia de la misma, huerta oriolana presentaba tanto cultivos de secano como de regadío que permitían una producción envidiable.

Los datos que nos han llegado del primer tercio del siglo XVII nos hablan de que, predominando siempre el cultivo de cereales, se llegan a producir unos 80.000 cahices anuales de trigo y 30.000 de cebada. En la huerta orcelitana tuvo una presencia destacada de vides, olivo y moreras, que le permitieron una producción envidiable de hasta 30.000 arrobas de aceite y unas 1.800 libras de seda, producto por el que la ciudad adquirió importante renombre.

La producción de hortalizas, legumbres y frutales es reconocida en varios documentos como “más que suficiente para la propia ciudad y las ciudades convecinas en abundancia”, destacando por alusión directa la producción de dátiles.

Otro cultivo destacado fue el de las plantas textiles, de las que se llegaron a producir las nadas despreciables cifras de 13.000 arrobas anuales de lino y 17.000 quintales de cáñamo.

Con esta radiografía de la producción se podría explicar la huerta oriolana durante la época foral prácticamente al completo, ya que los cambios fueron mínimos a lo largo de los años, aunque se podría destacar que el cultivo de arroz, nunca demasiado destacado se llegó a prohibir por su consideración de nocivo para la salud pública, se ve observa un avance continuado de la superficie dedicada a la vid, olivos y moreras, así como un aumento de las tierras de regadío y una pérdida de la producción casi simbólica que restaba en el territorio de caña de azúcar, que a mediados del siglo XVII y ante el costo mucho menor que requería la producción del azúcar americano se abandona.


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