El Colegio de Predicadores

Una vez los dominicos habían conseguido asentarse en Orihuela a través de la creación del convento y con la adquisición del grado de priorato, entra en escena la figura de Don Fernando de Loazes (1498-1568), arzobispo de Valencia (en ese momento arzobispo de Lérida) y Patriarca de Antioquía, que será el verdadero fundador del Colegio de Predicadores y de la Universidad de Orihuela. Este personaje, oriolano de nacimiento, fue una figura importante en la época, a nivel cultura, eclesiástico y como representante del Renacimiento italiano en España, no en vano había desarrollado gran parte de sus estudios en tierras italianas. Desde su posición siempre intentó favorecer a su ciudad natal, donde también desempeño cargos como abogado de la Ciudad de Orihuela.

SPAIN- Arzobispo ddon Fernando de Loazes © González Gotor

Su trato con la Orden de los Predicadores guarda una gran relación con uno de los miembros de la misma, y a la postre sobrino de este, fray Juan de Loazes. Este hecho junto con su cargo de Inquisidor, por el cual trataba asiduamente con los dominicos, explica el afecto que por estos acabó desarrollando.
Sabemos que en el año 1546 Loazes había amasado gran fortuna por sus lucrativos y variados empleos. Decidió por tanto realizar una obra pía con ese dinero y que a su vez repercutiera en su ciudad natal y en la Orden de Predicadores. El deseo de Fernando de Loazes era el de transformar el pobre convento de Ntra. Señora del Socorro en suntuoso Colegio y Universidad pública, para realizar estudios en ciencias y Letras.

Como anécdota, exponer lo que la tradición habla sobre los motivos por los cuales el obispo Loazes decidió conceder estos honores a los dominicos de Orihuela, sin embargo la historia no confirma esta bonita tradición. Al parecer Loazes contrajo la lepra, siendo repudiado por todos, incluso su familia, y fueron los dominicos de Orihuela los únicos que lo acogieron en el convento donde sanó, según la tradición gracias a las aguas de un pozo que allí se encontraba y se supone aún se encuentra. Por este motivo y profundamente agradecido por la caridad que para con él tuvieron los dominicos, prometió conseguir la construcción de un gran edificio como Colegio y Universidad.

Anécdotas de la tradición aparte, sí que es cierto que Loazes expuso sus deseos de construir el Colegio al Provincial de Aragón, en aquellos tiempos Fr. Juan Izquierdo, el cual dio su visto bueno al deseo del obispo reservando su aceptación a la aceptación del acuerdo en el capitulo general que la Orden se disponía a celebrar en 1546 en Roma, donde siendo expuesto el anhelo de Loazes fue aprobado. Una vez había conseguido la aceptación necesaria, Loazes decidió que todo fuese recogido de manera formal, por lo que todo quedó recogido mediante escritura pública de donación. Donaba todos sus bienes muebles e inmuebles en su posesión y futuros, bajo ciertas condiciones, siendo la principal que el Colegio debía mantener mientras sus estudios durasen a veinte frailes dominicos estudiantes (número que posteriormente se ampliaría a treinta y seis), elegidos por el fundador.

En 1552 conseguiría por parte del pontífice Julio III la erección del convento del Socorro en Colegio Pontificio, por bula data en el 26 de septiembre de 1552. Gracias al cariño que Carlos V y el príncipe don Felipe tenían hacia Loazes este consiguió el puesto de obispo de Tortosa, desde donde siguió con sus gestiones para la creación del Colegio. Sería allí donde conocería a Juan Inglés, arquitecto que se encargaría de la construcción del edificio.

De esta forma y tras largo tiempo y largas gestiones, Don Fernando Loazes
vería cumplido su deseo y anhelo de transformar el convento del Socorro en Colegio y Universidad en Orihuela, gracias a su laboral y a la donación de sus bienes pudo realizarse tal obra.


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