Linajes nobiliarios y ciudadanos de Orihuela, Alicante, Cocentaina, etc. se enfrentaron a mano armada por el control de los oficios municipales, por mantener el poder y el prestigio en el seno de la sociedad local, por defender el honor o por adaptarse a las nuevas realidades económicas del momento. Este fenómeno bajo-medieval de guerras urbanas es común en toda la Europa Occidental.
Para el estudio de cómo se desarrollaron, al menos, los actos de violencia más graves, se ha de recurrir a las Actas capitulares o Manuals de Consells de la localidad y a los registros de la Real Cancillería, tanto del Archivo de la Corona de Aragón como del Archivo del Reino de Valencia, ya que la Corona era la mediadora entre los bandos enfrentados. También a los libros de la Cort del Justicia porque contienen noticias sobre las paus e treves firmadas entre dichos bandos. Mª T. Ferrer estudió con todo lujo de detalles este tipo de organización.
No podemos olvidar, como fuente, al cronista local, mosén Pedro Bellot, que en sus Anales de Orihuela, dedicó el capítulo X a este complejo asunto, que atormentó la vida de los oriolanos durante varios siglos. Lo titulaba “De los bandos que han tenido en tiempos pasados los de Orihuela. Rocafull y Mirón”, datando los más antiguos en 1383.
El cabeza del bando establecía relaciones con sus iguales sociales generando alianzas de tipo horizontal, como eran las llamadas cartas de amistad, reforzadas con cláusulas de tipo defensivo frente a terceros, en sus personas y bienes.
A fines del XIV entramos en una sociedad en profundos cambios económicos, sociales y políticos, que se tradujeron en un incremento de la violencia nobiliaria, en particular durante los reinados de Juan I, Martín el Humano y el Interregno que siguió a su muerte. el reino de Valencia había entrado ya en una dinámica precapitalista gracias al desarrollo de una economía mercantil, que propició el ascenso de unas clases urbanas. La nobleza, impotente, utilizó el recurso de la violencia contra sus rivales. También fue una forma por atraerse vasallos hacia sus señoríos a costa de otros, crean una gran competencia entre los propios nobles.
En la formación de las banderías en Orihuela, además de las características generales ya mencionadas, hay que tener presente también el carácter de la villa, en territorio de frontera, lo que dio lugar a una sociedad militarizada. Las principales familias de la oligarquía local fueron los Rocamora, Rocafull, Miró, Masquefa, Maça, Simón, etc., una nobleza que en la mayoría de los casos hundía sus raíces en los Repartimientos posteriores a la conquista del reino de Murcia desde la segunda mitad del siglo XIII, poseedora de señoríos, grandes fortunas y prestigio,
Como ilustración recogemos aquí el resultado de los graves enfrentamientos ocurridos en 1326, con la intervención del rey, quien ordenó al justicia de la villa que castigara y expulsara de la villa a Bernat Rossell, rector de Santa Justa y cabecilla de la revuelta.
¡ A POR LOS ROCAMORA ! LAS GUERRAS URBANAS ORIOLANAS
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