Según J.A. Barrio Barrio, los oficiales encargados de la gestión económica eran: el clavario, los contadores, los fabriqueros de las iglesias, el muñidor, el obrero, el oficial del peso de los florines y la bolla, el tablajero, los acequieros y el oficial del almudín.
El clavario
Era el oficial responsable de las finanzas municipales y administraba las cuentas del Consell, anotando partidas de gastos e ingresos en un libro. El libro se dividía en dos partes, el primer libro tenía pocos folios y en él se anotaba las rebudes (los ingresos). La segunda parte del libro estaba dedicada a las despeses (los gastos). Para ser elegido clavario según una disposición de Fernando I en 1414, los candidatos al cargo tenían que disponer de caballo y armas, los elegidos no podían desempeñar durante el año de su ejercicio otro oficio público.
Sus funciones eran: petición y recepción de las rentas anuales del municipio como la sisa, impuesto anual que se arrendaba anualmente al mejor postor; entrega de cartas de pago (apoques); ejecución de los pagos y el cobro de cualquier tipo de cantidades adeudadas al consistorio. Entre las obligaciones del clavario estaba el recibir los impuestos pertenecientes al Consell, librar pagos, otorgar ápocas y cobrar a los que habían contraído deudas con el erario municipal, el clavario debía responder con su fortuna personal si no cobraba. También gestionaba los préstamos contraídos por el consistorio.
Desde el s. XV la gestión del clavario, era fiscalizada por los contadores municipales en presencia de los jurados y el justicia criminal.
El obrero del castillo, de los muros y de los fosos
Es en 1410 cuando el cargo de obrero del castillo, de los muros y los fosos, adquiere el cargo de oficialía municipal, mediante un privilegio que concedió Martín I a Orihuela, la villa quedaba exenta de los gravámenes exigidos por la Corona, a cambio Orihuela tenía que aportar 1500 sueldos anuales al erario público para la reparación y obras del castillo. Este cargo se elegía en Navidad por el gobernador y los jurados, las cuentas las rendía ante el baile general, pero en la práctica lo hacían ante los jurados y el justicia criminal.
El fabriquero de las iglesias
Martín I, aprobó en 1401 un privilegio en el que regulaba la elección de los fabriqueros. Cada año en la villa y aldeas del término, los parroquianos de cada iglesia debían elegir a un ciudadano como obrero de dicha iglesia, con la obligación de recaudar la parte del tercio diezmo que correspondía a su iglesia, e invertirla en obras y mantenimiento de la misma. En la huerta los fabriqueros eran elegidos por los párrocos.
El muñidor
El muñidor tenía que convocar a los vecinos para que trabajaran por turnos en la reparación y construcción de las murallas. Recibía un salario anual del municipio de 110 sueldos. El muñidor apuntaba en un libro los que habían colaborado, los que no habían ido pero habían pagado por no ir, en definitiva todas las incidencias, y el Consell podía revisar sus libros y requerir a los que no habían querido acudir ni pagar.
Los contadores
En un principio se escogían a 2 contadores cada año, pero tras el privilegio electoral de la insaculación en 1445 el número de contadores pasó a ser de cinco. En 1456, tras la suspensión del régimen insaculatorio, el número de contadores pasó a ser de 6.
Sus funciones:
– Recibían las cuentas anuales del clavario y el obrero para verificarlas, en presencia de los jurados y del justicia criminal.
– Presentaban el resultado de las mismas ante el Consell.
– Verificaban las cuentas de gastos de los mensajeros.
El oficial del almudín
En 1403 Martín I, concedió a las autoridades locales oriolanas tener un almudín en la villa o en los arrabales. En la alhóndiga cualquier persona podía vender o comprar cereales, legumbres y harina, quedando exentos del pago de cualquier derecho o tributo. A cargo del almudín había un oficial designado por los jurados, la función del oficial del almudín era el pesado legal de todos los cereales que llevaban para moler y su devolución en harina. El arrendatario o policía del almudín se encargaba de la custodia y del cumplimiento de las obligaciones fijadas en la casa del peso de la harina, vigilar a los molineros y al oficial del almudín.
Había una serie de normas que si eran incumplidas los jurados tenían que hacer de jueces.
Otros cargos de carácter económico
Cargos oficiales con menor relevancia: el oficial del peso de los florines y de la bolla, el trablajero y los acequieros.
El oficial del peso de los florines era elegido el día de Santo Tomás por el justicia criminal y los jurados. El trablajero también se elegía en la festividad de Santo Tomás, el trablajero también conocido como el taulager se encargaba de administrar las acequias y azarbes del término. Tenía que cobrar la dobla que era la multa que tenían que pagar los morosos por la limpieza de las acequias y de los azarbes, se llamaba dobla porque era el doble de lo que tendrían que haber pagado en su debido momento.
Los acequieros eran los encargados del mantenimiento, limpieza y cuidado de cada una de las acequias que regaban la huerta, también se les llamaba procuradores de los hereters (propietarios o regantes) de la acequia. Había un acequiero por cada una de las acequias más importantes del término. Los acequieros eran elegidos por los hereters.
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